EL CONVENTO DE FONCEBADÓN
Dormir ante la Cruz de Ferro
Foncebadón.Un paraíso para enamorados de la paz, el silencio y la belleza, pero también para todos aquellos peregrinos ávidos de reposo. El Convento de Foncebadón marca una pausa en el duro camino. º¸ por nuria gonzález
E n un lugar de León cuyo nombre no quisiera olvidar, existe un rincón para el descanso, para beber y para llantar. El Convento de Foncebadón le dicen. De Foncebadón por que allí está. De convento por su porte, su estilo, su paz... «Ave María Purísima» dirás al entrar. Te contesten o no, no dejes de pasar. Disfruta, observa y mira (no es igual ver que mirar). Come, bebe, habla, pero sin molestar. Y cuando termines, a los aposentos te puedes retirar. ¡En un lecho así, tan acogedor, como un querubín podrás descansar! A la mañana siguiente y después de desayunar, recoge tus cosas y te podrás marchar. ¡Claro... no se te olvide pagar.! Pero no te preocupes si ocurre. Jose te lo recordará».
Es la carta de presentación de este albergue y hotel, con capacidad para ochenta personas que está situado en uno de los lugares más emblemáticos del Camino de Santiago. En Foncebadón, al lado de la Cruz de Ferro. Por si fuera poco, en su restaurantes se pueden degustar platos tan apetecibles como cocido maragato, chuletas, chuletillas, croquetas caseras, cabrito y cordero al horno, botillo, pimientos rellenos de jamón o bacalao o tortilla guisada. De sus postres, lo mejor, probarlos: castañas en almíbar, crema de café, tarta de queso o natillas. Dispone de un menú especial para peregrinos y también ofrecen desayunos muy temprano para aquellos que quieran seguir el Camino hacia Santiago o para los que prefieran aprovechar el día para adentrarse en los encantos de la zona. En su tienda se pueden comprar, como recuerdo, productos típicos de la gastronomía leonesa.
Un lugar que se caracteriza por sus magníficas vistas desde sus habitaciones, decoradas de forma diferente. Disfrutar de paz y tranquilidad en el Convento de Foncebadón es muy fácil al tiempo que la estancia servirá para conocer la fascinante historia de un pueblo que durante siglos ha ocupado una posición estratégica en el paso hacia Galicia. El abandono progresivo del pueblo, cuyas calles recorren los peregrinos en dirección a Santiago, es la cruz de la moneda. La cara es un entorno alejado de las prisas y de la contaminación, un paraíso para enamorados de la paz, el silencio y la belleza. Foncebadón es lugar afortunado por la cantidad de privilegios reales que recibió. Contaba con abadía, iglesia, hermandad, alberguería, hospital y hospicio. Hoy es un pueblo vacío que sólo llenan de bullicio turistas y peregrinos.