Diario de León

MOLINOS CERRAJEROS

La riqueza del agua

El Páramo.La Presa Cerrajera tiene una longitud de cuarenta kilómetros y desemboca en el río Órbigo. En su trazado por el Páramo ha dejado huella a lo largo de su historia que se remonta a hace más de siete siglos. Aún quedan

La Presa Cerrajera, agreste y profunda, yel molinode Villazala.

La Presa Cerrajera, agreste y profunda, yel molinode Villazala.

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C uenta la leyenda que la construcción de la Presa Cerrajera se remonta al año 1315 en Palacios de la Valduerna, cuando se produce la donación por parte del infante don Felipe, hijo de Sancho IV el Bravo, de las aguas del Órbigo al deán y cabildo de Astorga. El objetivo era llevar las aguas a la villa de Santa Marina del Rey, propiedad del Obispado. Al parecer, con posterioridad se amplió la presa, llamada originalmente Zarraguera, hasta los pueblos parameses. Existen otras historias que hablar de amoríos como origen de la presa.

El caso es que nace como afluente del río Órbigo, en Villanueva de Carrizo y, durante los 40 kilómetros de su recorrido pasa por Alcoba de la Ribera, Sardonedo, Santa Marina del Rey, Villavante, Acebes del Páramo, Huerga de Frailes, Santa Marinica, Villazala y Valdefuentes del Páramo. Testigo de su presencia son los molinos que se construyeron en la presa (en el siglo XVIII se contabilizaron 32) que, junto con el ganado que pastaba los extensos prados regados por esta y la agricultura, fueron la base de la economía de estos pueblos.

La nutrida colección de molinos existentes a lo largo de la presa a su paso por Valdefuentes del Páramo se justifica por la atestiguada voluntad de sus habitantes de comerciar, para lo cual los cereales, incluido el lino (del que se deriva la linaza y su aceite), era el recurso por antonomasia. Desde el límite con el campo de Valdesandinas y Villazala hasta Azares del Páramo, convivieron, en tiempos no muy lejanos, nueve molinos de norte a sur.

Antes de llegar a la desembocadura pasa por Azares, donde existieron otros tres molinos. Solo uno de ellos, el llamado de Margarita , aún está en pie. Después este valle toca ligeramente el campo de Regueras de Abajo y la Cerrajera, cumplida su misión, deposita suavemente sus aguas sobrantes de nuevo al Órbigo.

En uno de esos molinos se instaló una dinamo que trajo la luz eléctrica en 1927. Aquella instalación permitió que cada casa dispusiera de una bombilla de 15 vatios por la que se pagaba dos pesetas al mes. Historias que forman parte de un relato de recuerdos.

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