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El silencio de un monasterio y el rugir de la noria de un viejo molino
A la hora de buscar las vacaciones más originales, huyendo del todo incluido, son muchas las opciones porque cada vez más el turismo veraniego se reinventa. Aquellos que llegan ávidos de paz y tranquilidad pueden escoger los muros de un antiguo monasterio benedictino, hoy hospedería, dónde se sentirán como en casa. De ello se ocuparán las monjas que regentan la Hospedería PAX, en la capital leonesa. Un alojamiento diferente del que pocas ciudades pueden presumir, sobre todo, por su ubicación, en pleno casco antiguo. Pasar la noche en un antiguo molino también tiene su encanto: Viejo Molino Cela o el Molino Galochas son algunas sugerencias que retrotraerán al huésped a tiempos pasados. Para originalidad el albergue y restaurante ubicado en la palloza A Casa de Lamas, en la localidad de Cantejeira. Es la combinación perfecta. Disfrutar del descanso en un castillo es otra atractiva propuesta aunque su precio ya se incrementa y hay que acudir fuera de León para encontrar estos emblemáticos alojamientos. El Castillo del Buen Amor (Salamanca) convertido en hotel es una lección apabullante de historia medieval que hará caer rendidos de respeto y pleitesía a sus huéspedes.