DO TIERRA DE LEÓN | SELLO PROPIO
Albarín, primavera en la copa
Un visionario, Pedro Marcos, apostó hace veinte años por un blanco distinto a todos. El albarín como uva es variedad principal en La DO Tierra de León; como vino, un orgullo.
Es, sin duda alguna, el año de la explosión del albarín. Ocho bodegas han radicalizado su apuesta por este blanco diferente y diferenciador, renunciando en algunos casos expresamente al verdejo, variedad principal también en la DO Tierra de León pero una casta vulgarizada por la extensión de su cultivo a muchas zonas de producción. Un adelantado a su tiempo, Pedro Marcos, plantó hace más de veinte años en El Palomar once hectáreas de esta vinífera originaria de Asturias, de la zona de Cangas de Narcea, pero que ha encontrado en el sur de León su hábitat natural. No existe fuera de esos dos escenarios y todo lo que hay en la provincia, menos de treinta hectáreas, tiene su origen, por plantación o injerto, en esos pies que Pedro el de la Alcoholera puso en Villamañán.
Es tal el arraigo en esa zona de este blanco de atenuados aromas y gran sutileza en boca que se le conoce como primavera y se pide genéricamente como tal, porque nunca hasta ahora hubo otro albarín que el de Marcos Miñambres. Pardevalles (Valdevimbre) y Margon (Pajares de los Oteros), ya con cepaje propio, han alcanzado la más alta calidad elaboradora y la máxima complejidad, que en el caso de la bodega en la que impone criterio Raúl Pérez Pereira se concreta en un caso en siete meses de permanencia con lías en una gran tina oval de roble y en otro en dos meses en fudre y doce en barrica.
González Bernardo, también con viñedo propio en Villeza, se había adelanto a estas dos bodegas en su apuesta por el albarín, del que desde este año hacen defensa las dos grandes de Gordoncillo, con dos elaboraciones en el caso de Gordonzello, una de ellas también compleja, y sustitución rotunda del verdejo en el caso de Villacezán. Tampesta y Leyenda del Páramo se nutrieron de viñedo ajeno para su primer albarín. Con vendimia realizada en la tercera semana de enero Margon ensaya un blanco dulce que ya tiene nombre, Aldebarán , y mucho tiempo todavía por delante para madurar en barrica.