Encuentro de juglares

Juglares y trovadores invadirán las calles de Sahagún este fin de semana y devolverán a la villa al espíritu y el ambiente de hace casi nueve siglos. Sahagún acoge la décima edición del Encuentro de Juglares. Un evento de carácter cultural, con el que se conmemora el nacimiento de la primera escuela para estos profesionales de las artes liberales que, según algunos historiadores, fue fundada en la villa leonesa a principios del siglo XII, concretamente en el año 1116.

Tal y como es habitual desde el año 2002, el programa incluye animación callejera, los carros de comediantes, trovadores, cómicos, bailarines, poetas y tañedores que tomarán tomarán las calles de la villa, también ocupada esos días por maestros de la forja, reposteros, panaderos, orfebres y un sinfín de artesanos más que pondrán la nota de color en el mercado medieval que se desarrollará durante el sábado y el domingo.

Este año se cumple el décimo aniversario del Encuentro de Juglares y por eso se ha previsto un nuevo acto: la restauración del Méster de Juglaría, es decir, una escuela de juglares, a la que ya se pondrá inscribir cualquier entusiasta de las artes liberales.

De entre los aspirantes inscritos, la organización elegirá a un total de seis que, durante los tres días de fiesta, deberán demostrar sus dotes en declamación, declaración de amor, lances, danzas o malabares. Los postulantes seleccionados contarán con alojamiento, vestimenta adecuada y manutención gratuita durante los tres días de fiesta, tiempo en el que serán puntuados y calificados por un tribunal.

Serán asimismo, con o sin aquiescencia explícita, grabados para la posteridad y para que cunda su ejemplo pionero. Expondrán sus atributos de juglar al público para ser juzgados con loas o vilipendios, según méritos en plazas y mentideros sociales. Recibirán, si nada lo impide, sus fueros y galardones como tributo a su buen trovar en base a sus demostraciones.

Los juglares eran unos personajes de humilde origen, cómicos ambulantes que se dedicaban, además, a ejercicios circenses, haciendo juegos malabares, actuando como volatines y saltimbanquis, como bufones que cuentan chistes o tañen instrumentos sencillos, bailan y cantan representando piezas sencillas de mimo o títeres y, es lo que importa para la historia de la literatura, recitando versos que componían otros autores, llamados trovadores, bien en los lugares públicos (las plazas de los pueblos, sobre todo), bien en castillos de señores feudales por los cuales eran alojados. Muchas veces se ayudaban con dibujos.

Cada año destaca la implicación de todos las asociaciones y de los vecinos de Sahagún, gracias a los que esta fiesta sale adelante. De hecho, son estos colectivos los que llevan el peso de la fiesta por su trabajo desinteresado año tras año.

Uno de los actos más destacados es la cena medieval que organiza La Codorniz y que tiene un precio de 25 euros. Entre los platos que se degustarán están sopas de ajo, pan con viandas de olla, asado de lechazo, ensalada benedictina, dulces de la tierra, café y chupitos.

Por fortuna, año tras año aumenta el número de personas que se apunta a este pequeño carnaval medieval en el que se sacan a la calle las mejores galas y los tejidos más ricos. Para facilitar a los sahaguninos la adquisición de estos atuendos, empresas especializadas en disfraces se han acercado los días previos al inicio del encuentro para equipar al pueblo.

Sin embargo, la celebración de este año exige un esfuerzo extra en tiempos de crisis. De hecho, esta décima edición será realidad pese a la precariedad económica por la que están atravesando las arcas municipales. La situación es tan complicada que se barajó la posibilidad de suspender esta celebración.

Entre los actos programados cabe destacar la presencia de Crispín d-™Olot y de músicos medievales gracias al apoyo del Instituto Leonés de Cultura.

La visita a Sahagún servirá no sólo para rememorar tiempos pasados sino también para conocer de cerca el importante patrimonio histórico de la villa situada en pleno Camino de Santiago. Además del Santuario de la Peregrina, recién restaurado, cabe destacar la iglesia de San Lorenzo (siglo XIII), edificada en el corazón de la antigua morería. Es valiosa la torre hecha en ladrillo, y que conjuga perfectamente el espíritu cristiano con las formas deco rativas importadas por los alarifes mudéjares. La iglesia de San Tirso, el arco de San Benito, la iglesia de la Trinidad, la de San Juan de Sahagún, Puente Canto o la Torre del Reloj son algunos de los lugares que muestran la importancia histórica y artística de la villa.