Tradición berciana al plato

Cacabelos es una villa con enorme futuro, sus bodegas y una interesante actividad comercial han hecho de esta villa berciana una de las más pujantes de la comarca. Pero en Cacabelos no se olvidan las tradiciones y entre ellas destaca la gastronomía.

Hace mucho tiempo se ubicaba en el centro de su núcleo urbano El Gato, uno de los mejores exponentes de la cocina tradicional berciana. Pero hace veinticinco años Julio Enríquez y su esposa decidieron cambiar de aires y se fueron a la otra orilla del río, más allá de la iglesia de Las Angustias, lugar que hoy vuelve a ser céntrico por la expansión de la villa.

La idea era mejorar y modernizar sustancialmente las instalaciones y lo consiguieron. Casa Gato, es desde entonces un restaurante cómodo, luminoso y con amplios salones donde se puede disfrutar de la mejor cocina berciana. Julio aprendió los fundamentos culinarios en Francia, de forma que conice a la perfección las raíces de la mejor gastronomía europea. Pero el joven cocinero empleó sus conocimientos solamente para mejorar y, sobre todo, para actualizar la estupenda tradición coquinaria del Bierzo.

Los inviernos son enormemente contundentes en el comedor de Casa Gato. Allí elaboran y cocinan los mejores botillos, las androllas más espectaculares, los cocidos bercianos más buscados… Pero también hay en este peculiar restaurante una oferta estupenda para el tiempo veraniego y para cualquier época del año.

El sistema que ha implantado Julio Enríquez en su restaurante es el siguiente, cada día presenta un extenso menú en el que presenta lo mejor de su oferta gastronómica. No hay carta, solamente los platos que el jefe decide que deben figurar en su menú. Los días de diario cuesta 15 euros y los sábados y domingos 20.

Pueden degustarse en Casa Gato por ejemplo, entre los primeros, ensaladilla rusa, lacón con pimientos, melón con jamón, fabada, callos guisados, alubias con almejas y… el más solicitado en cualquier tiempo, los guisantes con congrio y arroz, una delicia que en ningún otro sitio se puede degustar.

Un apartado interesante en la oferta de la casa son sus salpicones de marisco y de pulpo, un plato sorprendente en estas latitudes.

Como segundos se pueden disfrutar pimientos rellenos de carne, codillo al horno, medallones de ternera en su salsa, carne guisada, congrio y bacalao al ajo arriero, merluza a la plancha, trucha con jamón… pero esto es también solamente un ejemplo, ya que cada día la cocina de la casa ofrece variedades muy interesantes.

Los postres en Casa Gato son los de siempre, pero delicadamente preparados, arroz con leche, flanes, natillas y leche frita. También fruta recién recogida de los árboles en maravillosas macedonias, entre otros.

Digamos finalmente que los precios del menú incluyen vino y café y que lo mejor de este restaurante es la esmerada atención que Julio dedica a todos sus clientes.

Cocina: Muy bien

Servicio: Bien

Decoración: Regular

Bodega: Bien

Puntuación (de 1 a 10): 9