Diario de León

EL REY DE LA HUERTA

La villa pintada de rojo tomate

Mansilla de las Mulas. Con una semilla autóctona e híbrida se cultiva el tomate de Mansilla que este domingo teñirá de rojo las calles de la villa. La feria rinde homenaje el rey de los productos de la huerta mansillesa, que espera pronto obtener la denominación de origen. Su sabor y su textura ya lo hacen diferente del resto. Comienza la guerra de los tomates.

La feria del tomate se convierte este fin de semana en el reclamo para visitar Mansilla de las Mulas y adquirir el producto rey de la vega del Esla.

La feria del tomate se convierte este fin de semana en el reclamo para visitar Mansilla de las Mulas y adquirir el producto rey de la vega del Esla.

Publicado por
Nuria González
León

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Es la cita más esperada del año que pinta de rojo las calles de Mansilla de las Mulas cada último fin de semana del mes de agosto. La Feria del Tomate está dirigida al reconocimiento y la exaltación de este afamado producto de la huerta mansillesa que trasciende fuera de sus fronteras.

El programa de este año volverá a incluir algunas de las actividades que ya son tradicionales en estas fechas como conferencias sobre el tomate de Mansilla y las características que lo hacen especial y diferente al de otros lugares, degustaciones de tapas y platos elaborados con este producto y, por supuesto, la guerra de tomates en la Fuente de los Prados. No faltará la tradicional degustación de productos elaborados con tomate, como el gazpacho o la salsa de tomate, que ya se han convertido en otra forma de comercializar este producto muy perecedero.

En la feria se darán cita numerosos productos agroalimentarios leoneses aunque, sin duda, el rey será el tomate del que se pondrán a la venta alrededor de 4.000 kilos. El escaparate de los productos de León lo completarán más de una docena de artesanos agroalimentarios que se ubicarán en la plaza del Grano.

El auge de este producto ha estado siempre avalado por la promotora Pro Denominación de Origen que continua luchando para que el tomate logre este galardón lo antes posible, aunque el principal obstáculo se encuentra en la producción ya que aún no alcanza los límites necesarios para lograr esta figura de protección. En los últimos años, los cultivadores han recogido alrededor de 20.000 kilos, cuando la cifra necesaria sería de 100.000 kilos, porque las denominaciones de origen necesitan un mínimo volumen de negocio para autogestionarse. De hecho, uno de los hándicaps para lograr la denominación de origen es la escasez de industrias transformadoras en la zona, unido a que el tomate es un producto muy perecedero, por lo que apenas sale del mercado local. Además, tampoco existe una gran infraestructura detrás de los productores puesto que aún es un cultivo tradicional.

El presidente de la promotora Pro Denominación de Origen Tomate de Mansilla, Ricardo Dávila, auguró una buena cosecha, similar a la del año pasado, aunque puntualizó que está un tanto retrasada debido a la climatología de este verano. Indicó que la cantidad de tomates que se pondrán a la venta en la feria será la misma que en la anterior edición y animó a los leoneses y visitantes a visitar los stands y a comprar tomates de la huerta mansillesa que tienen sus características diferenciadoras que lo hacen exquisito.

«Pocos son como el de aquí», recalca Dávila al tiempo que reconoce que su «aspecto rústico» hace que no sea demasiado atractivo a la vista, a pesar de que esto es lo de menos puesto que su carne es excepcional.

El tomate de Mansilla es un fruto de color rojo, achatado de tamaño medio-grande y piel fina. El tomate es originario de Méjico y de los países de América Central. A finales del siglo XV o durante el siglo XVI cruzó el Atlántico para ser cultivado en la Península Ibérica, donde la huerta era una tradición muy arraigada, gracias a la cultura del Al Ándalus. Hay quien sostiene que entró en Europa a través de Nápoles, que en el siglo XVI estaba bajo dominio español.

En el ámbito de la vega media del Esla, que es donde se encuentra Mansilla de las Mulas, fue una hortaliza más entre otras, cultivada para el autoconsumo. Pero en la década de los años 30 y 40 del pasado siglo comenzó a comercializarse, circunstancia que motivó su expansión en el entorno de este municipio, donde muchos de los hortelanos siguen utilizando la semilla autóctona, que da un tomate de piel muy fina, tamaño medio, un poco achatado y espléndido de sabor.

Aunque se da en toda la Vega del Esla, el área de producción principal se concentra en Mansilla de las Mulas y Reliegos, seguidos de Santas Martas y el recto de la Vega hasta Valdepolo.

Tradicionalmente se cultivaba a partir de las semillas secas del año anterior con las que se preparaban los semilleros. En ellos, la planta permanecía entre febrero y mayo, cuando se trasplantaba. Se utilizaba el riego en el surco y sulfatado frente a pulgón, seguido de tratamientos frente a oidio y mildiu. La planta no se solía empalillar, obteniéndose producciones de dos o tres kilos por planta.

En la actualidad, existen pocos productores que conserven la semilla autóctona, los demás emplean híbridos. Hay algunos hortelanos que cultivan el tomate en invernadero, aunque siguen predominando los sistemas tradicionales, pero con cultivo bajo acolchado de plástico negro, que reduce los tratamientos, y se usa el riego por goteo. Se recoge más bien verde entre agosto y octubre.

El tomate de Mansilla tiene sus puntos fuertes pero también sus debilidades. Entre los primeros están la escasez de la producción, así como de la fuerte concentración en el tiempo de la cosecha, entre agosto y septiembre, justo en el momento en que hay más producción en el mercado y, por lo tanto, más competencia.

A esto hay que añadir el predominio de agricultores de edad avanzada, con muy pocos jóvenes que se incorporan a la producción, lo que dificulta su continuidad, ya que es un cultivo muy trabajoso, que necesita mucha mano de obra (sobre todo para la recolección de cara a la venta para consumo en fresco). Si se quiere mantener la calidad se trata de un producto caro y su venta se dificulta porque hay escasos canales de comercialización.

En cambio, como principal activo cuenta con una gran calidad y con un conocimiento de sus técnicas de producción muy difundido. La difusión del producto se está potenciando con la celebración de la Feria del Tomate de Mansilla y con el apoyo institucional que se ha incrementado de forma considerable en los últimos años, lo que ha llevado este producto de la huerta más allá de tierras leonesa.

Este tomate se cultiva también en invernaderos, algo que consigue no sólo alargar el cultivo sino también protegerlo contra las inclemencias del tiempo y evitar «disgustos» a los agricultores. «Así, aseguramos el cultivo y evitamos pérdidas», asevera Ricardo Dávila. El ámbito de actuación de la promotora y, por tanto, donde debe darse esta clase de tomate está en Cabreros del río, Campo de Villavidel, Corbillos, Cubillas de los Oteros, fresno de la vega, Gradefes, Matadeón de los Oteros, Mansilla de las Mulas, Mansilla Mayor, Pajares de los Oteros, Santa Cristina de Valmadrigal, Santas Martas, Valencia de Don Juan, Valdefresno, Valdepolo, Valverde Enrique, Villanueva de las Manzanas, Villafañe, Villaturiel y Villasabariego.

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