Diario de León

bodegaS PELáEZ | Grajal de la Ribera

Rosado... y un excelente verdejo

Defensor a ultranza del verdejo y del rosado de corte tradicional, el tiempo ha venido a darle la razón a Ángel Peláez Fernández. El tiempo, la crítica —dos Zarcillo de plata en el 2009— y… el mercado, con una intensa presencia comercial en León y nuevas fórmulas de éxito.

Fachada principal de la bodega de Peláez, a la entrada de Grajal de la Ribera. Tras ella conserva otra de corte tradicional.

Fachada principal de la bodega de Peláez, a la entrada de Grajal de la Ribera. Tras ella conserva otra de corte tradicional.

Publicado por
Rafael Blanco
León

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Convencido de que por el camino por el ha de avanzarse es el del rosado y depositario de una fe enorme en las fórmulas de elaboración tradicionales, Ángel Peláez lo fía casi todo a las todavía inexploradas posibilidades del prieto picudo. Lleva tres años ensayando un madreado en bodega al que no dará salida comercial hasta que esté seguro de que es lo que quiere hacer y al mismo tiempo experimenta con la Universidad de León esa misma elaboración tradicional con o sin levaduras en distintos casos y con fermentación en barricas de 250 litros en ambos. No tiene las mismas convicciones respecto al tinto de prieto picudo, muy peleado en el mercado, pero sobre todo, y en términos generales, todavía poco pulido en la elaboración, de gran dureza tánica y falto de suavidad en el paladar.

Peláez heredó la actividad en torno al vino, pero como almacenista de vinos que compra y embotella y que distribuye a partir de una base en la capital. Pero, como en muchos otros casos, también sintió la necesidad de hacer su propio vino en el entorno en el que lo había visto toda la vida. Natural de Grajal de la Ribera, prácticamente en el límite suroeste de la zona de producción, posee allí una bodega tradicional muy bien conservada y una de nueva construcción dotada de buenos medios técnicos. Apenas queda testimonio en el pueblo de la labor en la viña y sólo se aprovechan algunas cepas para encerrar algo de vino para el consumo en casa. De manera que afrontó la plantación unas hectáreas de verdejo y albarín. Elabora con lo que producen las apenas tres hectáreas entre rastrera y espaldera que la familia tiene en Fresnellino y básicamente con la uva de 30 hectárea de viñedo arrendadas en Valdevimbre. Hace un fantástico verdejo de llamativa presentación, Airad , los Senoel rosado (65.000 botellas; 3,00 euros en bodega) y tinto (10.000; 3,00) y un excelente crianza, Tres Almas (5.000; 5,70) muy apreciado por quienes lo conocen y lo disfrutan. Y ensayó hace dos años y repite desde entonces una elaboración que ha de ir ganando espacio en el mercado: un semidulce de baja graduación, Rosetto , y con carbónico orgánico sobre la base de verdejo para el blanco (8.000; 4,20) y prieto picudo para el rosado (4.000; 4,20), el único de estas características.

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