Virtudes de una gran cocina

Cuando un cliente dispuesto a disfrutar del menú del día se encuentra con manteles y servilletas de tela piensa que está en un mundo diferente. Hoy en día lo normal, incluso en restaurantes en que se come a la carta, es tener sobre la mesa esos prosaicos manteles y servilletas de papel. Solamente por eso ya merece una visita el restaurante Río Omaña.

De las excelencias de su oferta culinaria hablaremos después. Vamos ahora con el escenario. El comensal que se sumerja en las profundidades de este céntrico restaurante se encontrará con un amplio comedor decorado con buen gusto y en el que resalta la maravillosa presentación de sus mesas, como decimos con utillaje de gran calidad y perfectamente contrastadas con el entorno. Si a esto añadimos que está situado en un punto privilegiado de la capital leonesa, en la mitad del tramo de la Gran Vía de San Marcos comprendido entre la Plaza de la Inmaculada y la de Santo Domingo, ya se lo hemos dicho todo.

Y ahora vamos con lo importante, con la comida. Aquí hay que reseñar que se sirven raciones abundantes creadas a partir de materias primas de primera calidad y muy bien elaboradas. Destacando poderosamente su estupenda selección de platos para el menú del día, uno de los más ajustados de precio de la ciudad.

Pero vamos a desglosar su carta para darles una idea cabal de su oferta gastronómica. En los entrantes nos encontramos con una deliciosa parrillada de verduras, con la cecina de Astorga acompañada de pirámides de queso, huevos rotos con crujiente de jamón, milhojas de foie y manzana con crujiente de cecina al PX, carpaccio de solomillo con lascas de queso y vinagreta, pastel de cabracho, langostinos abrigados con bacon, queso de cabra empanado sobre confitura de manzana y zanahoria y unas originales e inimitables, mollejas con pulpo, merecedoras que algún premio.

También tienen una gran carta de ensaladas, con los nombres propios de Omaña: Salce, El Castillo, Ponjos, Omaña, La Omañuela y Fasgar.

Pasamos a los pescados, capítulo en el que les recomendamos especialmente su soufflé de lenguado con salsa americana, todo un homenaje a la mejor cocina francesa de mediados del siglo XX. También son importantes su merluza en salsa verde, el bacalao al ajo arriero, el rodaballo al horno y el bacalao con salsa de tomarte y costra de ali-oli, otra de las grandes creaciones de la casa.

Los guisos de carne son los más mimados de la carta del establecimiento. Platos contundentes y a la vez delicados como el magret de pato con manzana y salsa de frutos rojos, el cochinillo confitado con compota de manzana, el entrecot de buey con queso de cabra, el milhojas de carrilleras de ternera con crujiente de jamón, o las Chuletillas de lechazo con pimientos del piquillo confitados.

Los postres también son caseros y entre ellos nos encontraremos con espléndidos sorbetes de limón y mandarina, tarta de queso con frutos rojos, tiramisú, crema de queso sobre tulipa con chocolate caliente o profiteroles de nata con chocolate.

Una ubicación privilegiada, un espléndido escenario, un servicio ejemplar, una buena cocina y unos precios muy ajustados son las virtudes del restaurante Río Omaña. Hay que descubrirlo.

?

Cocina Notable

Servicio Muy bien

Decoración Bien

Bodega Bien

Puntuación (de 1 a 10) 8