La leche de la cooperativa LAR cumple un año

El 27 de marzo de 1966 un grupo de ganaderos y agricultores de las comarcas del Órbigo y del Tuerto constituyeron en Veguellina de Órbigo la Cooperativa Lechera LAR, con el objetivo de comercializar en conjunto la leche de vaca y los productos agrarios de sus explotaciones. Desde entonces, esta unión ha ido prosperando y sus socios han adaptado sus instalaciones a las necesidades y desarrollado nuevas fórmulas de actividad que garantizan el futuro de los ganaderos en un momento en el que el precio de la leche está bajo mínimos. Así surgió la marca propia LAR que está a punto de cumplir el primer año de vida.

Esta cooperativa presta un servicio integral a todos sus ganaderos. Según explica el gerente de la misma, Luis Carlos Fernández, con el paso de los años ha ido asentando nuevos servicios como un supermercado, una fábrica de piensos, una oficina bancaria o una gasolinera, con el único objetivo de «proporcionar al ganadero todo lo que necesita para su actividad y al menor coste posible». Una «ciudad del ganadero» que se ha convertido siempre en la «prioridad» de la cooperativa y ha permitido afianzarse con el paso del tiempo y afrontar nuevos retos. Uno de ellos ha sido buscar una salida a la difícil situación de las explotaciones agropecuarias de la provincia.

En su afán de generar un valor añadido a las producciones de los ganaderos y agricultores, esta cooperativa comenzó el proceso de comercialización en envasado de leche de vaca producida en las granjas de sus socios ya que, hasta entonces, siempre había vendido la leche en fresco directamente desde los ganaderos al comprador.

Luis Carlos Fernández recuerda que fue la crisis en el sector lácteo la que llevó a hacer realidad la comercialización de una marca de leche leonesa. «La venta a la industria transformadora —señala— era un negocio ruinoso para los ganaderos porque los márgenes cada vez eran mayores para los distribuidores y para la industria y más pequeños para los ganaderos y había que buscar la forma de generar un valor añadido a esta actividad».

El año 2010 sirvió para desarrollar el producto que se pondría a la venta por primera vez el 8 de noviembre del 2010. Fue entonces cuando leche LAR empezó a ocupar un lugar importante en las estanterías de grandes superficies, supermercados y tiendas de alimentación de toda la provincia de León. La respuesta ha sido más que aceptable en este primer año de vida. Así lo entiende el gerente de la cooperativa que no duda en afirmar que «esta leche gusta» porque es distinta a las que ya hay en el mercado. «Es una leche que mancha los labios y el vaso, como las de antes», afirma. Además, el segmento de mercado que ocupa es el de aquel público que quiere productos de calidad y que apuesta por los productos de la tierra.

La leche LAR se recoge directamente a los ganaderos repartidos por la provincia de León que tienen un cuidadoso manejo del ganado, asesorados por el equipo de técnicos y veterinarios de la cooperativa. Toda la alimentación del ganado es de origen vegetal y de primera calidad, basada en los forrajes y cereales que producen los socios y transformada en la propia fábrica de piensos de la cooperativa. De allí sale la soja, la semilla de algodón, la pulpa de remolacha, la colza o la alfalfa con la que se realizan los piensos a la carta, según la demanda de cada explotación. Además, todo el proceso está sometido a los más exigentes controles de calidad, desde la recogida hasta el envasado y siempre respetando el medio ambiente. Está sometida al proceso de UHT, es decir, al calentamiento en flujo continuo a una temperatura de 150 grados durante dos segundos. Este tratamiento garantiza una larga duración del producto y, al mismo tiempo, el mantenimiento de todas sus propiedades. No lleva ni conservantes ni colorantes.

En la actualidad, y tras abrir una nueva ruta de recogida de leche en Babia y Omaña, ya son 86 ganaderos los que se han incorporado a la cooperativa que suman alrededor de 2.500 vacas. Sus explotaciones están situadas en las zonas del Órbigo, Tuerto, La Valdería, Quintana y Congosto, Páramo, Jamuz y La Bañeza. En la actualidad, la producción ronda los 17 millones de litros al año. Un 20% se destina a la venta de leche en brick mientras que el resto se vende cruda directamente al cliente. Precisamente una de las ventajas de la cooperativa es que no existen intermediarios entre el ganadero y el comprador. En el caso de la leche en brick, es la propia cooperativa la que realiza el proceso completo, excepto el envasado ya que la leche se lleva perfectamente refrigerada hasta la Cooperativa Lechera Soriana, dónde se produce el envasado de la misma. En LAR también se encargan de su distribución a los diferentes establecimientos de alimentación.

Según los datos de la cooperativa, y cuando aún no se ha cumplido el primer año de vida de Leche Lar, se han vendido alrededor de 1.500.000 de envases de leche entera, semidesnatada y desnatada. Unos datos que, según su gerente, están por encima de las previsiones iniciales, sobre todo teniendo en cuenta los hándicaps con los que cuenta a la hora de competir con las grandes compañías y que, de momento, su envase no tiene abre fácil. La implantación del tapón será una de las novedades previstas para el mes de noviembre, algo que provocará, casi con toda seguridad, un incremento en las ventas. De momento, leche LAR sólo distribuye en la provincia de León.

Con la premisa de avanzar cada día nació la cooperativa, premisa que sigue cumpliendo cuatro décadas después. Por eso, y a corto plazo, lanzará al mercado dos nuevas referencias. Una de ellas será la leche sin lactosa y otra será enriquecida. Además, también elaborará una leche especial para los sectores repostero y hostelero, ya que se configuran entre sus principales clientes.

Con la cantidad de marcas que existen en el mercado a veces es difícil elegir. De hecho, Luis Carlos Fernández destaca que toda la leche que se comercializa cumple la legislación vigente pero tiene claro que, entre unas y otras, hay diferencias aunque es el consumidor el que finalmente elige.

Lo que identifica a LAR de las demás es su sabor, su color y su textura porque es «leche como la de antes». No duda en afirmar que es lo más parecido a beber la leche recién ordeñada. «Esta leche le gustará al que quiera beber leche de verdad», añade. Reconoce que LAR es una marca que nunca podrá llegar a 0,50 céntimos el litro, el precio de muchas marcas blancas, pero también recuerda que pagar 0,79 céntimos por envase garantiza el futuro de la ganadería y tomar leche de calidad.

«Por cada litro de leche se está ayudando a un ganadero de aquí y a la economía leonesa», resalta Luis Carlos Fernández que, dada la situación actual, no se plantea producir otros lácteos como el queso o los yogures.