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Vinatería Monalisa

Gastro-tapas en honor a Leonardo

En el corazón del Barrio Romántico.. Los cuadernos culinarios de Leonardo da Vinci inspiran la cocina de Rubén en el Monalisa. Fogones con arte y un genio en la cocina. En pequeñas dosis pues se sirven aquí gastro-tapas. . ??. . POR marcelino cuevas.

Publicado por
León

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Hay varias formas de ponerse ante una mesa para comer. Desde la urgente necesidad de reponer fuerzas hasta un deseo de llegar a la cultura gastronómica a través de delicados bocados. Rubén García no solamente es cocinero de profesión, sino que lleva el ardiente entorno de los fogones en el alma. Rubén es de esos afortunados que trabajan en lo que les apasiona, hasta le creo capaz de trabajar sin cobrar por el mero placer de crear belleza desde la cocina, de combinar acertadamente ingredientes mágicos para ponerlos en el plato con todo el arte del mundo, como si se tratara de pequeños cuadros o sutiles esculturas… que, además, tienen unos aromas y unos sabores extraordinariamente sugerentes.

Rubén ejerce ahora su magisterio en la nueva vinatería Monalisa, en la recoleta plaza de Torres de Omaña, en mismo el corazón del Barrio Romántico, tan de moda desde hace algunos años.

El Monalisa es un espacio hostelero lleno de originalidad, decorado con buen gusto y que deja entrar a través de sus grandes ventanales torrentes de luz. Este es el templo de las gastro-tapas, un invento que permite comer en pequeñas porciones, de forma que en una misma comida se pueden disfrutar cuatro, cinco o seis creaciones culinarias diferentes. Y más si se hace acompañado y cada comensal realiza su propia selección para después compartirla con los demás. La idea es buena y, además, en el Monalisa es muy fácil conseguir una comida o un picoteo variado y memorable, por un precio ajustado, y en un ambiente estupendo.

Les hablaremos de algunas de las especialidades más señaladas de su carta. Por ejemplo los canutillos de cecina, mousse de foie y membrillo, que son un delicado comienzo. Pueden probar después el fastuoso carpaccio de bacalao con boletus y pan de pipas, donde se aprecian, casi en crudo, los agradables y armónicos sabores de los ingredientes. Sorprendentes, crujientes y muy sabrosas son sus banderillas de gambas con caramelo de plátano. Pueden probar después la ensalada Monalisa, que pronto será célebre, con pasta templada rúcula, tomatitos, jamón ibérico, nueces y queso parmesano.

Hagan una pausa y sigan la fiesta con otro de los platos estrella de la casa, los bollitos Da Vinci de mollejitas salteadas y piperada, todo un espectáculo que en resumidas cuentas es solamente una empanada de mollejas, pero…. ¡qué empanada! Otro capítulo espectacular, quizá el más tradicional de la carta sea el parmentier de trufa, huevo, picadillo, melaza de zanahoria y pan tostado, un sentido homenaje de Rubén a los huevos fritos con picadillo de toda la vida.

Si le queda sitio puede dedicarle un momento al pulpo emparrillado o a la vieira en tempura, o a las gambas con bacon y setas… Pero no deje de rematar la faena con la crema de Vegadarte y chocolate blanco con uvas y PX.

Digamos finalmente que las gastro-tapas están entre los 6 y los 7 euros y las raciones, más tradicionales y copiosas, entre los 6,50 y los 8.

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Cocina Sobresaliente

Servicio Muy bien

Decoración Muy bien

Bodega Excelente

Puntuación (de 1 a 10) 9,5