Gastroespacio chic

Todo lo que ven se lo debo a los spaghetti». Una célebre frase de la actriz italiana Sofía Loren que despierta la curiosidad al toparse con el escaparate de Dolcetriz. Un nuevo espacio en la ciudad alrededor de la gastronomía, donde hasta el más pequeño detalle está cuidado con mimo.

«Vendemos placer, felicidad, buenos momentos», relata la creadora, Eva Suárez, una periodista leonesa, quien buscando trabajo decidió dar forma a «su inquietud por hacer otras cosas». Se dio cuenta de que en León existía un nicho de mercado no atendido, de la necesidad de un lugar donde dar respuesta a esa «demanda de innovación, sofisticación y un concepto más cosmopolita de la gastronomía».

Su amor por la buena mesa y los vinos le viene de familia: su madre es una excelente cocinera y su padre un amante de los caldos. Creció entre recetas de cocina y vocabulario culinario.

En Dolcetriz la estética es primordial. Nada se ha dejado al azar. Un gastroespacio conceptual con algo más de cien metros cuadrados, divididos entre la tienda delicatessen (sorprendentes propuestas para llevarse a casa o regalar) y «The Room», una cocina presidida por una enorme isla y todos los elementos necesarios para realizar los cursos que semanalmente programa Eva Suárez junto a su cocinera.

Postres de chocolate, pizzas, pasta y otras delicias para que los niños pierdan el miedo a los fogones. También monográficos: platos de cuchara, arroces, pinchos de San Sebastián... Y las denominadas Master Class, donde los mejores cocineros de León son los invitados a compartir sus saberes. «Cook&More» abre sus puertas a ciclos como la historia, la cocina en Egipto, Mesopotamia, Grecia y Roma; también a la cocina maridada con cervezas de todo el mundo o a los menús sensuales.

Dolcetriz personaliza, además, los cursos adecuados a los clientes y prepara celebraciones o reuniones de empresas. Lleva el chef a casa, elabora menús por encargo, incorporará en breve comida para llevar y tiene previstas catas de vinos, cervezas, destilados y coctelería.

Una boutique sensorial, con el concepto «gastrochic y glamour» por bandera. Calidad y estética de la mano donde la condición de los productos para formar parte de sus estanterías es ser «igual de buenos por dentro que por fuera; deben estar bien vestidos». Pequeñas referencias fruto de proyectos personales, sello de autor.

La tienda cuenta también con un rincón dedicado a la estética, siguiendo la huella conceptual de todo el espacio, donde el aceite de oliva y otros elementos naturales son las propuestas para cuidar el cuerpo cada día.

Una bodega bien surtida con pequeñas referencias y su altar fetiche «Monsieur le Champagne» con letras doradas. Quesos internacionales, foie, conservas del Cantábrico y de platos preparados, mermeladas sicilianas, lágrimas de gelatina, inhaladores de chocolate...