Un mercado que resiste la crisis desde la Edad Media
Los orígenes de la feria del Espino son ancestrales. Los historiadores hablan de la Edad Media. Hay documentos antiquísimos que relatan la existencia de esta reunión de comerciantes y ganaderos. Lo certifica un pergamino fechado en 1317. Este histórico documento es un privilegio real, concedido por Alfonso XI al abad don Ramón y a favor del monasterio de San Andrés de Vega de Espinareda (situado a apenas unos quinientos metros del Espino). Ese pergamino estipula que el citado rey concede al abad el Señorío de la Villa de Vega de Espinareda y cita su feria del Espino. Dice textualmente el histórico pergamino: «... e que el Abad e el Monasterio que ayan y el señorío e el mercado que se fasia en tiempo de paz por mandado de los reyes». Tras la concesión a principios del siglo XIV, los pueblos de la zona acuden al mercado con su ganadería. Una de las curiosidades es que tanto el mercado como el monasterio estaban cercados por un vallado para impedir el ataque de fieras y también combatir las epidemias. Fue así como el abad don Ramón buscó el lugar idóneo del que hoy disfruta El Espino. Y así, de la nada, nace el mercado y siglos más tarde, en el 1509, se inaugura la ermita mandada construir por fray Hernando de Sasamón.