Un enclave para el respiro
Palacios de Compludo. En un rincón del Bierzo se sitúa Palacios de Compludo. Un pueblo deshabitado antaño pero que ha restaurado el 75% de sus casas siguiendo los dictados de la arquitectura tradicional. Es el centro de la Reserva Natural que la Asociación Tyto Alba reconstruye y conserva día a día. Un lugar para el turismo especializado.
La Reserva Ornitológica de Palacios de Compludo, situada a 22 kilómetros de Ponferrada, es una de las dos que existen en Castilla y León y de las cinco reconocidas por SEO Bird Life en España.
Mantener con vida toda la riqueza de su bosque y todas las especies que habitan en él y reconstruir el pueblo de Palacios de Compludo, convertido hoy en un lugar con encanto, fue el punto de partida que llevó en el año 1999 a establecer la Reserva Ornitológica, fruto de un convenio de colaboración entre SEO Bird Life, el Ayuntamiento de Ponferrada y las asociaciones El Nogal y Tyto Alba, que se han encargado de cumplir con los fines establecidos. Incluye un total de 969 hectáreas, donde habitan 81 especies de aves. Un valle abrupto limitado al norte por Cerro Picueto (1.549 metros) y, al sur, por Cerro Becerril (1.878 metros). Hay que tener en cuenta que los bosques suponen el 40% de la superficie total de la reserva, donde predominan alisedas, encinares, melojares y abedulares, junto con sotos de castaños y brezos. Un hábitat que mantiene toda la esencia de la naturaleza y la arquitectura tradicional de un pueblo deshabitado años atrás. Con la llegada del buen tiempo se convierte en lugar de paso de los amantes de la naturaleza y también del turismo ornitológico, en alza en la provincia de León.
Por este motivo, casi una veintena de casas rurales incluyen en su oferta el avistamiento de aves o la presencia de un guía que explicará a los turistas las características más llamativas de la naturaleza que les rodea. Otras seis ofrecen recorridos específicos por esta Reserva.
Precisamente la Asociación de Estudios Ornitológicos del Bierzo Tyto Alba ha sido la impulsora del proyecto en el que ha trabajado desde la década de los 90.
Miguel Gallego y Miguel Pintor, responsables de la asociación, aseguran que este espacio protegido ha logrado la revitalización del valle, el asentamiento de población en un pueblo abandonado así como la consecuente movilización de voluntarios, turistas y visitantes que ha hecho que varias casas rurales se beneficien de esta afluencia de público e incluyan la visita a la Reserva dentro de su paquete de ofertas. «Esto ha sido posible gracias a que se ha mantenido un compromiso continuo con la conservación y mejora del entorno», resaltan.
En la actualidad, y tras la fase de consolidación de la Reserva, se ha integrado en la Red Transcantábrica de Custodia del Territorio. Dicen que el trabajo no se acaba nunca, dado que es necesario y constante el mantenimiento. En este momento trabajan en la apertura de una nueva ruta interpretativa, que se suman a las tres ya existentes, y en la creación de una pequeña cabaña ganadera para favorecer la diversificación de especies. También están perfilando nuevos campos de voluntariado y educación ambiental que se desarrollarán el próximo verano.
En cuanto a la restauración del pueblo de Palacios de Compludo, se han rehabilitado un 75% de las viviendas, lo que ha cambiado completamente la imagen de este rincón. Unos trabajos, añaden, se hacen siguiendo de forma estricta los preceptos de la arquitectura tradicional de la zona: corredores de madera, techos de pizarra y muros de piedra «La experiencia de Palacios es, sin duda, un ejemplo exportable para otras localidades», aseveran. Tienen claro que el cuidado del entorno y del núcleo poblacional son factores a tener en cuenta para conseguir un entorno armonioso. «Esto es beneficioso para quienes poseen fincas y viviendas en el núcleo rural ya que se consigue una revalorización de las propiedades», afirman.
Un espacio que disfruta de las ventajas del turismo especializado, sin masificaciones, lo que ha influido de forma positiva. Esgrimen que las personas que se acercan a la Reserva tienen un alto grado de concienciación en materia de conservación y ello «obliga a mejorar constantemente las infraestructuras y a favorecer la biodiversidad, sin olvidar el constante estado de guardia ante cualquier agresión externa que pueda surgir, como el furtivismo, los pirómanos, etc». Por otro lado, insisten en el compromiso conservacionista de la asociación. «Tenemos que tratar de conseguir que estos turistas se conviertan en verdaderos catalizadores de la conservación de nuestros recursos naturales; además un alto porcentaje de personas que visitan la reserva acaban repitiendo o visitando otras zonas de El Bierzo», recalcan los dos responsables de Tyto Alba. Las otras reservas ornitológicas de España se sitúan en Riet Vell en El Delta de Ebro (Tarragona), El Planerón en Belchite (Zaragoza), El Oso (Ávila), Las Marismas Blancas (Cantabria) y el Cercado de El Jarde (Fuerteventura).