La cocina de las emociones

José Antonio Moyano es un cocinero que después de un largo aprendizaje en el País Vasco y en restaurantes prestigiosos de León, como el Nuevo Racimo de Oro, ha decido volar en solitario, hacer su cocina en su propio restaurante. Todo el saber acumulado durante muchos años le ha servido para crear una cocina personal e intransferible en la que rezuman los viejos sabores y en la que podemos encontrar las señas de identidad de un cocinero comprometido con la visión más contemporánea de la gastronomía.

A José Antonio le gusta improvisar sobre los productos que cada día adquiere en el mercado. Ante los fogones es capaz de captar los mensajes que emanan de los picheros para con su sabia alquimia, convertirlos en maravillosos manjares.

El local que ocupa, en la tranquila calle dedicada a Joaquina Vedruna, le permite atender a sus clientes de una forma personal, aunque en él puede ofrecer eventos para casi medio centenar de personas si la ocasión lo requiere.

«Aquí —nos dice— tengo la oportunidad de hacer la cocine que siempre tuve en la mente, sin que nadie interfiera en mi trabajo, y eso es muy importante para alguien que se dedica a una profesión a la que muchos han llamado acertadamente arte. Con mi cuñado Juan Bautista, que atiende la sala, formamos un equipo dispuesto a ofrecer una cocina diferente, muy dependiente de las emociones y de la inspiración, aunque, naturalmente, con un importante bagaje de experiencia».

En el primer aparatado de su carta podemos destacar las mollejas de ternera a la plancha al aceite de ajo y perejil, el hojaldre de puerros y langostinos sobre crema de marisco, el timbal de cecina y mollejas de pato con patata crema, el carpaccio de potro leonés, que puede encontrase en muy pocos restaurantes, y el revuelto de salmón ahumado, queso fresco y espárragos. Todos ellos platos que pueden servir de entrantes o como raciones variadas y originales para un sabroso picoteo.

En los pescados tiene Moyano una interesante fijación con el bacalao que hace de muy diversas maneras, nosotros preferimos su suprema de bacalao al gratén de verduritas y patata asada. Tiene, además, unas deliciosas zamburiñas rellenas gratinadas al foie, salteado de chipirones cremosos encebollados y cecina y filetes de dorada al horno con cebolla roja asada, panadera al eneldo y salsa mariscada.

Destacaremos en las carnes su solomillo de buey a la crema de foie con emulsión de trufa, el glaseado de manitas rellenas de hongos, trufa y micuit de foie con cebolletas francesas caramelizadas y la Ccrrillera de ternera con vainilla, naranja, crujiente de cecina y garbanzos melosos.

Y, finalmente, en los postres tenemos su cremoso de queso, crujiente de chocolate y helado de nueces, la tarta de mousse de arroz con leche y tofe y el cilindro de yema y vainilla.

El Restaurante Moyano tiene por las noches un menú degustación de 25 euros, bebida no incluida, con seis platos que cambian según la temporada. También un menú diario a 10 euros, con nada menos que nueve primeros platos, nueve segundos y nueve postres, para elegir. Este menú, si te lo llevas a casa, cuesta solamente 9 euros.

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Cocina Notable

Servicio Bien

Decoración Bien

Bodega Bien

Puntuación (de 1 a 10) 8,5