Un mesón con 300 años

En lo alto del Puerto de Pajares, allí donde las nieblas son el pan nuestro de cada día y las borrascas se enmarañan en los riscos. Allí, en la acera de enfrente de la Colegiata de Santa María de Arbas se encuentra desde hace ya casi 300 años Casa Quico, un antiguo mesón que recibía y acogía a los peregrinos que antes de buscar la tumba del Apóstol en Santiago, querían rendir homenaje al Salvador, en Oviedo.

«Fue —nos cuenta Francisco Luis Álvarez, su actual propietario— el bisabuelo de mi abuelo el que decidió instalarse en este remoto lugar, quizá recogiendo el testigo de otros pioneros que se instalaron en estas cumbres allá por el siglo XV. Esta casa se fundó como refugio de caminantes, especialmente de peregrinos, como mesón y como ultramarinos para las pocas gentes que moraban por las cercanías».

Hace veintidós años, Casa Quico recibió un importante premio por ser el segundo negocio más antiguo de España regentado siempre por una misma familia. Pero eso no impidió que al poco tiempo cerrara sus puertas, el mesón quedó clausurado durante veinte años. «Hace cuatro meses decidimos recuperarlo. Desde el año 1720 está regentado por nuestra familia, pero la nueva autopista nos hizo perder la fe en este negocio. Ahora los tiempos han vuelto a cambiar y nosotros hemos reinaugurado estas antiguas instalaciones por las que han pasado, por ejemplo, el rey Alfonso XII cuanto vino a inaugurar el túnel de la Perruca. O el presidente Calvo Sotelo. Más actuales son las visitas de El Cordobés, Mª Dolores Pradera, Ángeles Caso, Qini, el que fuera delantero centro del Gijón y el Barcelona, Chus Valgrande… un sinfín de grandes personalidades que han disfrutado de nuestra cocina y del calor de nuestra chimenea en días de nieblas y nevadas».

Casa Quico está justo en la frontera asturleonesa, por lo que su cocina tiene obligatoriamente que basarse en los guisos tradicionales de León y Asturias. Daniel y Mónica en la cocina e Iván en la sala, forman un estupendo equipo que ha sabido recuperar lo mejor de este antiguo mesón.

En Casa Quico tienen una cuidada carta que sirve normalmente de referencia, aunque cada día el cocinero se inventa nuevos guisos, según las viandas que lleguen del mercado. Entre los platos de los que hemos disfrutado en este vetusto establecimiento figura en primer lugar una sensacional ensalada de pimientos cubierta de que queso fundido que es toda una agradable sorpresa, tanto por su originalidad como por sus deliciosos sabores. Si usted ha llegado a las alturas de Pajares no debe dejar de probar el arroz caldoso con almejas, un plato contundente y picantón que les hará olvidar las inclemencias del tiempo que normalmente hace por aquí. También es digno de recordar su estupendo bacalao a la plancha con verduritas, o su extraordinario taco de lechazo confitado con una carne que se deshace en la boca y una preparación de alta escuela. Y como postres tenemos dos recomendaciones especiales, el milhojas de frutas con crema de chocolate y su tarta de queso.

Otros platos especiales de la casa son las gambas al ajillo con cecina, el picadillo con patatas, la fabada y el pote asturianos, los garbanzos con gambas, la tortilla de merluza, la merluza a la cazuela, el lechazo asado al estilo Castilla, los tacos de solomillo de cerdo a la sartén, el arroz con leche al estilo de la abuela o las delicias de Quico.

Una buena bodega y un económico menú del día completan la oferta del restaurante más antiguo de la provincia.

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Cocina Excelente

Servicio Muy bien

Decoración Bien

Bodega Bien

Puntuación (de 1 a 10) 8,75