ruta del hierro
Agujeros en el paisaje
Molinaseca Los socavones que se hunden en el paisaje son la muestra más clara de la actividad industrial que existió en Onamio. Las minas de hierro del Coto Wagner han dejado una huella imborrable. Es el queso gruyere de la comarca del Bierzo. ?? por nuria gonzález
La Ruta del Hierro hace referencia a la importancia que tuvo este mineral en la zona que la recorre y cómo marcó el transcurrir de la economía tiempo atrás.
El punto de partida está en Molinaseca, desde dónde se llegará al poblado minero, después a Onamio para concluir en la pequeña localidad de Paradasolana casi ocho kilómetros después. Esta ruta ha sido diseñada por el Ayuntamiento de Molinaseca para dar a conocer esta parte de la historia de este municipio.
En Molinaseca, el viajero debe coger la carretera que conduce hasta Onamio. Antes de llegar a este punto y después de ascender unos cuatro kilómetros se llega al lugar en el que residieron más de un centenar de familias que trabajaban y vivían de las minas de hierro de Coto Wagner. Hoy es un lugar desde el que contemplar unas magníficas vistas del valle del Boeza.
Muy cerca de aquí está el pueblo de Onamio, conocido como el pueblo del hierro. Su sobrenombre se debe a que fue aquí donde se enclavaron las principales minas de Coto Wagner. De ello quedan aún muchas muestras. Una de ellas es la imagen «agujereada» del terreno. Agujeros que recuerdan la intensa actividad industrial y que han causado un importante impacto al paisaje. Lo mismo sucederá de camino hacia Paradasolana. De este modo, castilletes, tolvas o restos arqueológicos se pueden contemplar con este paseo que tiene a un pequeño riachuelo como acompañante. No sólo cuenta la historia, sino que en los años más recientes los agujeros han seguido surgiendo en el terreno. Algunos, de más de 20 metros.
Esa degradación del medio ambiente se puede contemplar también con las escombreras o los montes realmente afectados y maltratados por estas minas.
El último pueblo que recorre este trazado es Paradasolana, un lugar famoso en su día por sus aguas medicinales, lo que supuso que miles de personas de esta comarca y las aledañas pararan en esta localidad, hoy casi en silencio, hasta las primeras décadas del siglo pasado. Un pueblo cortado por el río que lleva su nombre que lo divide entre barrio de arriba y el de abajo.