Platos creativos y saludables

En un escondido rincón de la calle que une la avenida del Padre Isla y la calle de Joaquina Vedruna se encuentra este amplio, elegante y cómodo restaurante. Se llama Tiberi y ofrece cada día una interesante muestra de buena cocina. José y Carmen están al frente del establecimiento desde hace cinco años y han conseguido una fiel clientela a base de ofrecer siempre productos frescos de primera calidad y una elaboración esmerada, con precios económicos.

Carmen fue alumna de la Escuela de San Cayetano, que tantas alegrías culinarias nos dará en los próximos años pues son ya muchas las generaciones de cocineros y camareros que de allí han salido con ganas de triunfar y con una estupenda base para lograrlo. Además, Carmen ha realizado una larga serie de cursos con gente tan importante como el desgraciadamente desaparecido Carlos D. Cidón. Es por lo tanto una cocinera muy bien preparada y con muchas ganas de poner en valor sus conocimientos.

Lo primero que sorprende al ojear la carta del Restaurante Tiberi es su apartado de platos vegetarianos. Entre ellos destacaremos su crema de puerros con salteado de manzana. La quinoa con hasiki (que es una especie del mundo de las algas) y verduras. Las tartaletas con patata, cebolla confitada, verduras y tofu con salsa de pimientos. Los canutillos de crepe rellenos de verdura y sitake o su hojaldre con zanahoria confitada, pimientos y queso de cabra. Además de ser vegetarianos, estos platos también contienen claros acentos orientales.

Otra sorpresa de la carta del Tiberi es la de confirmar que la han resumido al máximo, algo inevitable en los tiempos que corren. Su sección más amplia es la dedicada a las ensaladas con siete entradas, de entre las que entresacamos la que llaman Contraste, con hoja de roble, jamón de pato, queso de cabra al horno y fruta de temporada. La que lleva el nombre del establecimiento, compuesta por pimientos asados, endibias, anchoas y lascas de queso de oveja con vinagreta templada de frutos secos. Y, finalmente, la Otoñal, con hoja de roble, queso azul, nueces, naranjas y vinagre al cacao.

Tienen para picar una versión moderna de la tradicional cecina con aceite de reducción de vino tinto y queso de cabra. ¿Existirá la posibilidad de que nuestros cocineros empleen, aunque solamente sea de vez cuando, otras variedades de queso para sus platos? De verdad, ya cansa tanto queso de cabra. También para picar y compartir están sus pizzas de crepe, con diez sabrosas variedades: cuatro quesos, verduras, pollo y pasas, bacalao, manzana y pisto de verduras, salmón, queso azul y espárragos, pisto de verduras con alcachofas, morcilla bechamel y manzana o jamón serrano y tomate confitado con albahaca.

En pescados solamente hay dos entradas, ambas protagonizadas por el bacalao: con pisto de verdura y manzana y con cebolla escabechada, aceite de ajo arriero y vinagre de cacao. Esta última especialidad es espléndida, con unos magníficos lomos de bacalao y una preparación acorde con el buen producto que sirven.

En carnes, entrecot de ternera con queso de Valdeón y confit de pato con salsa de mango y frambuesa, un plato muy redondo.

En el menú del día, que tienen a 10 euros, ofrecen siempre una gran variedad de platos y con una estupenda oferta: si usted reserva mesa antes de las diez de la mañana tendrá un descuento de 1,50 euros, lo que supone que el menú le queda al estupendo precio de 8,50. El mismo descuento y condiciones se ofrece el sábado, aunque el menú ese día cuesta 13 euros.

De los postres no les contamos nada porque dependen directamente de la inspiración de Carmen, que cada día reserva un momento para crearlos. Y por lo que hemos comprobado, también es buena repostera.

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Cocina Muy bien

Servicio Bien

Decoración Bien

Bodega Bien

Puntuación (de 1 a 10) 9