«Viña vieja y bodega familiar»

Tenemos lo que ahora mismo buscan los importadores de los mejores mercados internacionales del vino: viña vieja y bodega familiar de muy poca producción. Son signos de distinción y eso nos pone en la mejor situación». Marcos García Alba asumió con gusto y criterio el legado familiar en relación con la viticultura en uno de los mejores escenarios del Bierzo. En Valtuille de Abajo, por tanto en Villafranca del Bierzo, pero también en los municipios de Cacabelos y en Villadecanes —«todo el mundo sabe cómo está repartido el viñedo en la comarca»—, heredó excelentes viñas de viejas cepas de Mencía en las que hasta hace muy poco todavía trabajaba su padre. Desde hace tiempo es él quien asume las responsabilidades en la viña y en la bodega, todavía inacabada, sobre la ladera que mejor perspectiva ofrece sobre el Castro de la Ventosa. Pero ahora con la compañía de Elena, su hermana, que se ocupa de la comercialización y de la imagen exterior de la bodega.

«Es la interpretación familiar de la actividad, su desarrollo, lo que tenemos que defender. La calidad de la elaboración a partir de la mejor uva y del trabajo tradicional en el viñedo. Cuidar la viña como se ha hecho siempre es lo que da valor a lo que hacemos», defienden con evidente convicción los García Alba. La misma convicción con la que afirman que «la Mencía está más valorada en los mercados internacionales que en el español». De hecho, los Pago de Valdoneje —un paraje en el que se ubica parte del viñedo familiar— y Pago de Valdoneje Viñas Viejas , joven y crianza de altísima calidad, llegan a Estados Unidos, Canadá, México, Inglaterra, Holanda, Bélgica, Alemania y... ahora también a China. Y sin embargo, fuera del mercado provincial, apenas pueden encontrarse puntualmente en vinotecas y cartas de Madrid, Barcelona, Valencia y Galicia. «Estamos creciendo, tenemos muchos mercados por abrir. La ventaja de ser pequeño es que tienes más posibilidades de crecer, al menos porcentualmente. Y en eso es en lo que centramos ahora nuestros esfuerzos», explica Elena García Alba.

No tiene otros vinos la bodega que no sean Mencía. Y no los habrá a corto plazo. «Tenemos que defender su potencial y preservar la identidad de la variedad. Es, hoy por hoy, lo que nos pone en el mercado. Frutal, fresca, aromática... excelente. Ahí están los resultados».