Un altar para el lechazo

Después de un corto de viaje de unos 12 minutos desde el centro de León, en la N-630 nos encontramos con las estupendas instalaciones del Asador de Viloria. Llevan aquí 18 años, aunque antes se ubicaron en un local cercano. Mª Jesús y José vinieron desde los alrededores de la capital de España buscando nuevos horizontes, y la verdad es que los encontraron. Ahora, mucho tiempo después, regentan un restaurante de gran éxito junto a sus hijos Sara y José Javier, donde el gran protagonista es el lechazo asado aunque hay muchas más cosas interesantes.

Pero dejemos que sea el propio José Alonso Ramos, maestro asador, el que nos cuente las bases de su iniciativa culinaria. «Para nosotros un restaurante es mucho más que un lugar en el que disfrutar de buena comida —dice—. Estamos convencidos de que tiene que ser una experiencia para vivir con los cinco sentidos. Con esta idea en mente, fundamos el Asador de Viloria en 1988, nuestro negocio familiar que en su 25 aniversario podemos decir con orgullo que forma parte de la Asociación de Asadores de Castilla y León. En nuestra casa encontrará un ambiente distendido, relajado, perfecto para degustar los manjares de nuestra tierra. Cordialmente atendido por nuestro equipo de profesionales que yo dirijo, les presentamos una selección de los mejores platos de la cocina tradicional leonesa, que complementan nuestros productos estrella, el lechazo y el cochinillo asados en horno de leña, como manda la tradición».

Estos son los planteamientos, pero vamos a contarles, como hacemos siempre, nuestra experiencia en su mesa.

Para comenzar disfrutamos de unos geniales boquerones con anchoas, con una roja tira de pimiento de Fresno asado. Una anchoa terminada de elaborar en la cocina de la casa, formando apretado matrimonio con un jugoso boquerón… y bendecidos por el carnoso pimiento de la zona. Una combinación extraordinaria que ustedes pueden pedir por unidades como inimitable aperitivo.

Las alubias blancas con rabo de toro forman otro de los atractivos culinarios de la casa. Tradicionales y contundentes. Nos presentaron después unos increíbles riñones de lechazo al ajillo que son otro de los platos estrella de la casa.

La gran especialidad del asador es la carne. En nuestro caso probamos dos maneras diferentes de este apartado. Primero un tremendo lomo de buey a la plancha, con su guarnición, que estaba tan tierno que parecía que el buey era solamente un novillo recién destetado. Sabroso, en su punto y, como decimos, extraordinariamente tierno.

Y, finalmente, el inevitable homenaje a un lechazo asado que nos dejó sin palabras, jugoso, tierno, con un delicado sabor y con una crujiente corteza que habla bien a las claras de la maestría en el horno de José Alonso.

En pescados ofrecen unos espectaculares lomos de bacalao y lenguado a la plancha.

En los postres, arroz con leche, natillas, crema de limón, flan de queso, tocinillo y unos deliciosos sorbetes al cava. Los hay de limón y mandarina, nosotros preferimos el último, que es un espléndido colofón a la gran gastronomía de la que en este asador se disfruta.

Como información adicional les diremos que cierran los lunes por descanso, que no tienen menú del día, que comer a la carta viene costando entre 25 y 35 euros, vino aparte. Y que su carta es muy extensa y enormemente variada.

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Cocina Muy bien

Servicio Bien

Decoración Bien

Bodega Muy bien

Puntuación (de 1 a 10) 9,5