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vinos de su puño y letra

«El Mencía es un vino amante»

Sonia Montesinos García-Caro
Liarán

Universalizar los Mencía y hacerlos más fácilmente asumibles paraconsumidores de todo el mundo. Y elaborar vinos sencillos, sin complicaciones, más frescos y que permitan ser disfrutados sin complejos. Es el objetivo de Liarán, cuyos Godello y Mencía apuntan a los mercados exteriores.

Sonia Montesinos García-Caro, sobre las barricas en las que hace una breve maduración en la bodega el ‘Liarán’ de Mencía.

Publicado por
Rafael Blanco
León

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Tenemos que hacer mencías más redondos y cremosos buscando un vino todavía más amante para conseguir una mejor expresión floral y frutal y que sea de paso fácil». Sonia Montesinos García-Caro lidera en SAT Ferbe 8451 una segunda bodega con un perfil de vinos digamos que distintos a los que acreditan a Casar de Burbia, si bien bajo la dirección técnica también está Isidro Fernández Bello, autor de algunos de los bierzos más memorables. «Nuestra idea —defiende la gerente de Liarán— es hacer vinos no para pensarlos mucho, sino para disfrutarlos: vinos más frescos, más cremosos y de crianzas más cortas. Pero al mismo tiempo deben ser vinos para mercados maduros».

Liarán nació como perfil de vino —y luego como bodega— del encargo de un importador suizo y hoy su objetivo sigue siendo la exportación. Fundamentalmente la exportación. Alemania, Inglaterra y Suiza son sus mejores mercados, pero también México, Estados Unidos y algunos países de Centroamérica y Sudamérica. «Suiza definió el perfil. Luego vimos que había otros países que demandaban un vino así, un Mencía para mercados segmentados. Inglaterra es una referencia internacional en prescripción, con críticos muy prestigiosos a nivel internacional que están despertando un gran interés por el Bierzo en particular y por el noroeste español en general», se advierte desde la bodega.

«Para esos mercados, extraordinariamente maduros y críticos en casos concretos, tenemos que hacer un Mencía distinto, más fresco y más fácil de beber. Tenemos que acercar la Mencía a ese nuevo tipo de consumidores. Debe haber un vino para cada mercado y lo que tenemos que hacer es adaptarnos a lo que gusta y a lo que se nos pide. Tenemos que ponernos en situación y pensar en el mercado en el que vendemos. La gran distribución está canalizando las ventas en Europa, porque ahora el vino se bebe más en casa y ya no sólo en la hostelería: hay que buscar, abrir y explotar esa nueva vía».

En ese sentido, el Bierzo es «la mejor referencia, el mejor punto de partida. Pero debemos buscar la diferenciación y asumir el compromiso de que tenemos que hacer Bierzo sumando entre todos».

Tiene también Liarán como proyecto un sentido práctico al aprovechar la uva de las cepas en espaldera —una pequeña parte— del viñedo propio, así como variedades que no se utilizan en la bodega matriz —Garnacha Tintorera y Doña Blanca— y que en este caso tienen valor como complementarias de las protagonistas Mencía y Godello.

En el caso del blanco se trata de un bivarietal que reparte las aportaciones casi a partes iguales y que se fermenta en depósitos de cinco mil litros. En la fase de crianza se trabaja el vino con sus propias lías durante tres meses para conseguir una mayor estructura y cremosidad. El tinto, de cepas plantadas hace más de treinta años, se elabora con uva procedente de suelos arcillosos, férricos y aluminosos. La Mencía se complementa en este caso con una aportación del 15% de Garnacha Tintorera como apuesta diferenciadora. Permanece entre tres y cuatro meses en barrica de roble americano. Uno y otro son, en definitiva, vinos varietales e intensos, de una gran carga aromática, extraordinaria frescura y alejados de cualquier complejidad.

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