El bacalao vuelve a la Maragatería de la mano de un ‘arriero’ holandés

Llegó un día desde una tierra surcada por canales y sembrada de tulipanes y se prendó de esta tierra árida azotada por el viento del Teleno, llena de magia y secretos. De un lugar de ventanas abiertas y cortinas descorridas a otro de puertas para adentro. Y ahí sigue, con su nombre impronunciable y sus ideas. No es el holandés errante. Es Sjord, el propietario de Guts Mutsh, una hospedería dentro de una casa maragata. Conservada tal como fue. Fue él quizá el primero en adivinar que esos caminos de los que partían los arrieros maragatos traerían a los carreteros del nuevo siglo, montados a bordo de sus coches, dispuestos a imaginar cómo fue la vida antes de que hubiera algo más que necesidad.

En Guts Mutsh se sirvió desde entonces el cocido a la maragata, léase primero las carnes, luego los garbanzos y las verduras y por último, si aún se puede, la humeante sopa. Luego unas natillas, una café de puchero y a seguir camino.

Es palabra de establecimiento maragato. Ahora, Sjord quiere volver a otras raíces, tan maragatas o más que el cocido aunque vengan de las costas tierra adentro. Llevaban los arrieros de estas tierras sal, oro y bacalao. Y eso es lo que ha ideado, servir de nuevo bacalao en los platos.

Para empezar, un menú degustación de cuatro platos: pastelitos de bacalao, bacalao a Brass, bacalao Aveiro y como plato principal un risoto de bacalao. De postre: molotof, café, chupito y conversación. Las jornadas que se prolongaran hasta el 15 de diciembre. Imprescindible reserva para un mínimo de 6 comensales.

(Hospedería Guts Muhts. Santiagomillas . 987 691 123 . info@gutsmuths.es, www.gutsmuths.es)