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Molino del ARriero

De la molienda al relax

Luyego de Somoza.. El viejo molino que se movía por electricidad es ahora lugar de alojamiento. Conserva intacta la piedra en la fachada, los cantos de río en el suelo y su patio maragato.. . z?. . POR susana vergara pedreira. Molino del Arriero Avenida de Villalibre, 5 Luyego de Somoza 987 60 17 20 molinodelarriero.com

Pasillo que conduce a las habitaciones, fachada del viejo molino eléctrico de Luyego de Somaza convertido en alojamiento turístico y patio maragato con la mesa hecha de una de las piedras de moler.

Publicado por
León

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Antes, cuando las distancias se medían por pasos, estaba allá lejos, a las afueras del pueblo, junto al prado. Ahora que se miden en kilómetros sigue estando a las afueras, pero parece más cerca.

Es el antiguo molino del pueblo, del municipio, de la zona entera. Un molino de electricidad para el grano. Trigo para el pan, centeno para el ganado. Y, si se terciaba, para algún licor. Se hacía allí algo más que la molienda. También parada y fonda. Había que coger número para triturar el cereal y a veces daban las tantas. Así que caballeros y caballerías hacían noche en el caserón de piedra. Unos en las cuadras, otros donde hubiera sitio. Desde entonces se da posada allí. Normal que se convirtiera en hospedaje cuando el pan dejó de hacerse en casa para comprarse en la tienda.

Piedra por todas partes. En la fachada, en las habitaciones nobles, en las mesas del patio, en mitad del comedor donde antaño estuvo la sala de molienda, y hasta en el suelo. Piedras rojizas de la zona para alzar el edificio, del antiguo molino para hacer las mesas, de cantos del río para construir el suelo. Y piedra sagrada a dos pasos, la de la ermita de los Remedios, de la Virgen que es patrona de la Maragatería entera.

Para que no quede duda de que esta es tierra maragata y arriera, hasta en el molino se vivía de puertas para adentro, para que nadie supiera si el hombre de la casa estaba dentro o en camino, para esconder al mundo si mujeres, niños y abuelos estaban en el hogar sin más protección que la de sus muros y el cielo. Por eso hasta el viejo molino eléctrico tiene patio maragato, empedrado, protegido, núcleo y esencia, que sin él no se concibe la casa de un maragato.

Ese patio es ahora terraza. Al abrigo del verano, que es aquí duro, y del invierno, que lo es aún más. Hace 16 años Juan Luis Turienzo compró el edificio a su antiguo propietario y lo transformó en centro de turismo rural, respetando su estructura y los materiales. Y también lo que cuenta la historia que se comía, el cocido, no importa en qué orden, la sopa, las natillas y el roscón. Y las carnes que ahora se llaman del Teleno, y el embutido, el bacalao y el congrio al ajo arriero, que este territorio de tierra adentro cocina desde antaño los frutos del mar que traían desecados y en salazón los arrieros desde La Coruña a Madrid, donde acabaron instalándose como pescaderos.

Y así es como se conserva la Maragatería dentro de este molino que tuvo luz antes que nadie. Allí, en mitad de la gran pradera del pueblo, a las afueras, frente a la ermita de la patrona.

(Seis habitaciones dobles y dos de matrimonio. 50 euros con IVA y desayuno en habitación doble. &5 euros con media pensión. Comedor para 60 personas)

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