Diario de León

Mesón La Villa

Buena cocina del Órbigo

Benavides de Órbigo.. Cocina tradicional para un pueblo que conserva su mercado de los jueves desde hace siete siglos. El Mesón de la Villa ofrece una carta llena de sencillez y calidad. . z?. . POR Marcelino Cuevas.

José Antonio en el comedor de su restaurante el Mesón La Villa, en Benavides Órbigo.

José Antonio en el comedor de su restaurante el Mesón La Villa, en Benavides Órbigo.

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El mercado de los jueves en Benavides de Órbigo tiene hasta un monumento en el centro del pueblo. Es lugar de cita para los vecinos de todas las localidades cercanas y es la mejor oportunidad para celebrar los encuentros en los restaurantes del pueblo. Por eso los jueves son mal día para ir a comer a Benavides si no se tiene la precaución de reservar mesa por adelantado.

Nosotros que queríamos presenciar el ambiente del día casi festivo, nos arriesgamos y gracias a la amabilidad de José Antonio y María Isabel pudimos comer espléndidamente en su Mesón la Villa. Compartimos comedor con algunos feriantes y con muchos de los asistentes al mercado. Naturalmente la cocina que aquí se hace está basada en la tradición y en ella destacan unos espléndidos platos de cuchara, pero sin renunciar a algunas exquisiteces de altos vuelos.

La historia de José Antonio y su esposa en el mundo de la gastronomía es muy larga e intensa. Comenzó hace más de treinta años en Mansilla de las Mulas, donde dirigieron el pequeño restaurante Toño durante dos décadas. Pero José Antonio buscaba nuevas fronteras y durante toda su corta existencia trabajó en el Jabalquinto, posiblemente el restaurante más elegante de cuantos se han abierto en el Barrio Húmedo. Allí aprendió las exquisiteces de la cocina de autor, pero esa es otra historia. La última etapa de su carrera es esta, aquí están, en Benavides, donde han vuelto con mucho éxito a sus principios, cocina de siempre en un espacio apropiado para ella.

Comenzamos nuestra degustación en La Villa con una deliciosa menestra, muy apropiada para abrir boca. Después nos ofrecieron y aceptamos encantados unas contundentes alubias pintas con chorizo, plato de la región que recomendamos. Las codornices estofadas en su punto y con todo su sabor. Y finalmente, antes del postre, disfrutamos de una prueba del lomo adobado del cerdo que matan en la casa simplemente a la plancha y comprobamos que nada tiene que ver con el que comemos habitualmente.

Tienen normalmente tres postres caseros: el flan de nata, las natillas y el arroz con leche. Los tres perfectos.

Otros platos recomendados, pero que en nuestra visita no pudimos degustar por haberse terminado por culpa de la gran afluencia al mercado son las truchas fritas con jamón, imprescindibles en el Órbigo, las mollejas de ternera, la cecina de chivo, la sopa de trucha o el bacalao a la leonesa.

Su carta no es muy extensa pero en ella se encuentra lo más florido de la cocina de León y cuenta con un amplio capítulo dedicado al picoteo a precios muy asequibles que van de los 5 a los 10 euros por ración.

El menú del día cuesta en La Villa 9 euros. Y los domingos, en los que se confecciona con platos de la carta, 12 euros.

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Cocina Bien

Servicio Bien

Decoración Nomal

Bodega Regular

Puntuación (de 1 a 10) 8

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