Diario de León

De viaje a

Puebla de Lillo

En plena montaña oriental leonesa y acariciado por las faldas del Parque Nacional de Picos de Europa, este municipio es rico en parajes naturales, como el Valle del Pinzón, las Biescas, el Lago de Isoba o la Ruta de los Picos de Mampodre. De visita obligada es su Centro de Interpretación o los puertos de Tarna y Las Señales.

J. CASARES

J. CASARES

Publicado por
pablo rioja barrocal
León

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Situado en la montaña oriental leonesa, el municipio de Puebla de Lillo ha sabido aprovechar sus innumerables recursos naturales para captar un turismo de interior enamorado de la estación de esquí de San Isidro, de sus Picos de Europa, del siempre lleno de vida pantano del Porma o quizá de sus puertos más conocidos; el de Las Señales y el de Tarna.

Cuenta con una zona protegida bajo la denominación de Reserva Nacional de Caza de Mampodre, lugar en el que habitan jabalíes, lobos, corzos y cabras e incluso algún ejemplar de oso. Robles, hayas y pinares coronan de verde gran parte del perfil montañoso que engloba en un semicírculo toda la zona.

La nieve se ha convertido en el principal motor económico, así como las diferentes opciones de turismo rural nacidas a su abrigo, como los deportes de montaña o sus famosas rutas de senderismo, toda una experiencia en pleno paraíso. Destacan algunas como la del Valle del Pinzón, la Cervatina, las Biescas, la del Camino de Wamba o la del Lago de Isoba.

La del Valle Pinzón recorre los arroyos de Isoba y el propio Pinzón merced a un recorrido que conduce por la Peña de San Justo hacia las praderas que crecen en sus márgenes. Pueden verse dos cascadas muy atractivas. Además de los arroyos merece la pena detenerse en el Pozo de la Leña y Los Forgones.

En cuanto a la Cervatina, que transcurre por los bosques del Parque Regional de Picos de Europa, el visitante podrá contemplar hayedos, acebos o el Bosquete de Tejos, así como una inmejorable vista panorámica de todo el entorno. La ruta de las Biescas es otra de las alternativas. En este caso atraviesa un bosque de avellanos único en el parque de Picos y se extiende a lo largo de seis kilómetros por la Collada la Forcada, Solle o las biescas Prado del Toro, entre otros lugares.

Mención aparte merece la ruta del Camino de Wamba, especialmente pensada para los enamorados de la vegetación de alta montaña, los meandros y los pastizales. Es un itinerario lineal de unas 3 horas de duración recomendado sobre todo en la época veraniega. La del Lago de Isoba, por su parte, enseña al turista el tramo final de la Cañada Real Leonesa. Pueden verse los tradicionales chozos y el bello lago y es posible recorrerla tanto a pie como en bicicleta. Otras propuestas serían la Ruta de los Picos de Mampodre, la del Tronisco o la del Lago Ausente.

Además del senderismo, nadie debería perderse su Centro de Interpretación de Picos de Europa, sito en el famoso Torreón de Puebla. Testigo de las luchas medievales entre las familias de los Condes de Luna y de los marqueses de Astorga, esta construcción es hoy un signo de la modernidad y de las aspiraciones de futuro de la comarca. Como comarca eminentemente ganadera durante siglos, Puebla de Lillo celebra dos ferias ganaderas, una en septiembre y la segunda en noviembre. Esta última ha cobrado gran fuerza en los últimos años merced a las Jornadas de la Matanza, donde el rito de la matanza del cerdo atrae a miles de curiosos cada año.

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