Limonada Prada A Tope
Llena ese cáliz
Prada a Tope. Viñedos y Bodegas del Palacio de Canedo - La Iglesia, s/n. Canedo - El Bierzo - León . pradaatope.es - palaciodecanedo.es 987 563 366 - Fax 987 567 000 info@pradaatope.es. Reinventa Prada A Tope la limonada. No su fórmula, que en los Viñedos y Bodegas del Palacio de Canedo se elabora como manda la tradición, con la receta ancestral del medievo, pero la concibe ahora como la gran copa de moda. El último cóctel. Reclama para esta santa bebida el ritual que se otorga en la mesa a los mejores vinos. Y la exporta a Estados Unidos para ser el gran combinado de Manhattan.
Prada y Flor recrean en la presentación de la Limonada Prada a Tope el ambiente neoyorquino de los Felices 20
S obre la limonada leonesa pesan siglos de tradición y leyenda. La de Prada A Tope habla de un leonés que emigró a Estados Unidos y de la mina pasó a trabajar en los viñedos de la Baja California. El 17 de enero de 1920, el día en que entra en vigor la Ley Seca, recordó aquella bebida que bajo el inocente nombre de limonada —que no es agua con limón— permitía en su tierra de origen beber sin pecar en Cuaresma y Semana Santa. Fue así como se bordeó legalmente la Gran Prohibición. Y fue así como esta bebida ancestral llegó a Norteamérica.
Con esa receta documentada en León desde la Edad Media hace Prada A Tope su limonada. Mencía joven, naranja, limón, uva pasa, canela y azúcar. La fórmula magistral embotellada. Once mil botellas para esta Semana Santa listas desde los viñedos y bodegas del bellísimo Palacio de Canedo. Para cualquier lugar, para cualquier día. Un elixir que perdura y no es necesario consumir, como observa la norma, de Viernes de Dolores a Domingo de Resurrección.
Quiere Prada mantener tradiciones y cruzar fronteras. Mezcla para la gran mezcla ancestral. Un regalo no sólo para el paladar. Viaja su limonada al mundo entero. Del Bierzo a Sevilla, de León a Manhattan. De la tierra del Santo Grial al cáliz universal donde paladear el cóctel inventado en el medievo.
Acerca esa copa a la cultura del vino y pide el mismo trato, idéntico ritual para la buena limonada que para los sagrados caldos. Que se muestre al comensal la botella, que se deguste en la mesa, que se aprecie la intensidad de sus aromas, que sea bebida bendita en la cena.
Recurre Prada a uno de los grandes, Daniel Giganto, para hacer su propuesta del mejor combinado. Enseña el maestro coctelero la carta con la que Prada apuesta a convertir la limonada en la nueva bebida de moda. Como en los Felices 20, invita a degustarla en cóctel, con su toque de glamur y su perfume de noche.