Homenaje a la Cocina de la huerta en Oviedo

U na tradición de dos siglos. Doscientos años celebrando una fiesta que convierte a Oviedo en la capital de campo asturiano, tiempo para revivir un pasado agrario, pegado a la tierra, que se antoja ahora lejano pero que ha estado presente desde tiempo inmemorial en la historia de la ciudad, cuando el ancestral mercado de ganado lo convertía en centro del mundo rural. Y aunque hay memoria desde mucho antes, ha constancia en los legajos municipales desde 1752 y ni el paso del tiempo ni los cambios sociales pudieron con ella.

Así que Oviedo celebra el próximo fin de semana, del 14 al 17 de mayo, la fiesta de la Ascensión y una vuelta a sus orígenes que agita a la ciudad y la llena, aún más, de vida. Un homenaje al campo con exposiciones, actividades gastronómicas y etnográficas, de viejas tradiciones de cuando el mundo y la vida giraba en torno a la tierra. De entonces, de cuando se daba de comer a los tratantes de ganado, nace la tradición de siglos de degustar un menú especial a base de menestra de temporada, carne gobernada, guisada al estilo de Oviedo, y tarta de queso con cerezas. Es el Menú de la Ascensión. Y porque no hay fiesta si no se puede celebrar en el plato, doscientos restaurantes ofrecen esa delicia gastronómica que es ley no escrita en la ciudad. Hay dónde elegir.

Fieles al hermanamiento ancestral entre Asturias y León, que es también de ley y no necesita nadie que lo ordene, Oviedo ha diseñado una oferta especial para los leoneses, una noche de alojamiento con desayuno y Menú de la Ascensión para dos personas por 78 euros. Se puede consultar la oferta en la página www.escapadaoviedo.com.

Si la fiesta gastronómica será en cualquiera de los dos centenares de restaurantes que se han sumado en la ciudad a la iniciativa del Plan de Turismo Gastronómico de Asturias, promovida por el Ayuntamiento de Oviedo con la colaboración de la Hostelería de Asturias y de la Unión Hotelera Asturiana y los Fondos Feder, la fiesta popular se traslada a la calle. Sobre la ‘Losa’, la plataforma de Renfe, el espacio abierto y ganado para Oviedo sobre las vías del tren, se extenderá una muestra de oficios y productos asturianos, cinco mil metros cuadrados de asombro y delicias, un museo urbano de tradiciones que aún se mantienen en esta tierra, de Oriente a Occidente, de Norte a Sur, Asturias por los cuatro costados.

Habrá un espacio especial para las magníficas cerámicas tradicionales asturianas, con muestras de cerámicas negras de Llamas de Mouro, navajas de Taramundi, trajes típicos asturianos, cesteros y ebanistas trabajando en directo los materiales con los artilugios tradicionales y las fórmulas heredadas de generación en generación, tal como hacían sus abuelos y los abuelos de sus abuelos y así hasta que se pierde la memoria.

En la calle, herreros, torneros, canteros, madreñeros, hilanderas, bordadoras, malleras y curtidores mostrarán un arte ancestral que fue vital para la supervivencia, la de los utensilios diarios cuando la vida no era fácil y dependía del cielo, la familia, los vecinos y la solidaridad ancestral.

Habrá espacio dedicado a los productos asturianos con los que se deleitan los sentidos. Embutidos, sidra natural, fabas, los quesos artesanales de Abredo, Beyos, La Peral, Cabarles, Gamonedo, Casín, Afuega’l, Pitu, el queso de la Peñamelleras, Urbiés, Genestoso, Oscos y los de Porrúa y Vidiago y la Peral. Sabores infinitos que hacen aún más grande esta tierra vecina.

Homenaje al campo es además el espacio dedicado a los niños, recreada una granja asturiana tradicional en la que no puede faltar la pita pinta asturiana y donde habrá lugar para los juegos tradicionales. Todo aliñado con la mejor música asturiana, folklore de bandas de gaitas y tonadas.

Entrando de lleno en la ciudad vieja, en la casco antiguo y la plaza de la Catedral la fiesta seguirá con el Mercau Astur, en el que se alternan los mercaderes de frutas y productos naturales con los hacedores de ungüentos, cosméticos ancestrales y velas naturales, los vendedores de licores con floristas, magos que hasta adivinan el futuro y algún bufón.

Aquí al lado, en Oviedo, ciudad hermana.