en carne viva

Chuletón de buey, de ternera, cordero, cochinillo... son algunos de los platos estrella que han hecho de La Fasgarecha un lugar de paso obligado tanto a la hora de comer como por la noche. Todo en un entorno mágico, en la localidad de Fasgar —Murias de Paredes— y con un horno de leña dispuesto a convertir cualquier deseo en realidad.

Una cocina tradicional cien por cien, de las que siguen a rajatabla las recetas de antaño, sin dejar de lado eso sí, ciertos toques innovadores. Por su parrilla pasan a diario las mejores carnes de la comarca. Carnes que en la mayoría de los casos se nutren de los pastos que rodean este restaurante. Porque si algo hay en Fasgar es pureza y eso se nota al principio y con el resultado final.

Pero La Fasgarecha ofrece mucho más. Cuenta con un rico menú del día —10 euros a diario y 18 los fines de semana— que incluye tres primeros y tres segundos a elegir más postre, que aquí por cierto, siempre es cien por cien casero.

Quien en vez del menú prefiera decantarse por su carta, encontrará numerosas delicatesen como su crema de cecina, las croquetas de bacalao, la tabla de jamón ibérico de bellota, el gambón a la plancha o la parrillada de verdura, entre otras cosas.

Mención aparte merecen sus huevos rotos con picadillo y patatas del Valle Gordo, el chori pan así como su secreto mejor guardado; el ibérico. Todo un lujo.

Y de cara al verano, luce como nunca su impresionante terraza, ideal para degustar los platos de La Fasgarecha disfrutando al aire libre y en plena naturaleza. Una experiencia única que debe vivirse cuanto antes. Quien va, siempre repite.