eL ÓRBIGO: HISTORIA Y TRADICIÓN

Recomendar algo en el suplemento ‘Destinos’ del Diario de León implica sugerir a los lectores visitar o conocer un lugar o una zona, preferentemente de León, una provincia tan variada y rica en posibles destinos para visitar que se hace difícil elegir uno. En esta ocasión les sugiero una comarca que, por su amplitud, puede ser motivo de varias visitas. Me refiero al Órbigo, «hilo conductor» que vertebra un amplio territorio cargado de historia y tradiciones.

Su nacimiento en Secarejo por el abrazo de Luna y Omaña, que eso quiere decir Órbigo o Úrbicus «donde se juntan las aguas» apunta ya la rica y frondosa ribera que genera a su paso. Llamas de la Ribera con ancestral tradición del antruejo con sus guirrios y madamas cuyos ritos nos remontan a épocas prerromanas y que son una constante en toda la contorna, Velilla de la Reina y Alija del Infantado, entre otros, tanto del Órbigo como de las cuencas secundarias de las que es receptor, Tuerto, Duerna, Eria…

Todos los pueblos riberanos han sabido sacar partido de las bondades de un agua vivificadora para el aprovechamiento de ocio en forma de playas fluviales o para la pesca de la trucha, sin duda, el plato fuerte, que es símbolo gastronómico en varios de sus pueblos, especialmente en Carrizo, Santa Marina, Hospital, Veguellina o Castrillo de San Pelayo.

Siguiendo su curso nos encontramos Carrizo de la Ribera con su emblemático Monasterio cisterciense del siglo XII, su romería de la Virgen del Villar y su afamado Cristo de Carrizo (hoy en el Museo arqueológico de León). A su lado Villanueva, lugar donde se «sangra» el Órbigo para dar vida a un territorio más elevado, como es la primera bancada de la comarca de El Páramo Leonés, marcado por el cauce histórico de la Presa Cerrajera. Un cauce que nos conduce por la margen izquierda del Órbigo hasta otra villa de especial significación como es Santa Marina del Rey, llamada así en honor a la santa gallega, Santa Marina, y «del Rey» por concesión del rey de León Fernando II. Su Iglesia, su reloj y su popular y extraordinaria Feria del Ajo son sus señas de identidad.

A su lado otro, enclave fundamental del «padre» Órbigo, Benavides, sugerente de dulces y mercado antiguo.

Hospital de Órbigo, nombre que se debe a la existencia de un hospital construido por los Caballeros de San Juan de Jerusalem, paso de la Vía de Aquitania que comunicaba Astúrica con Legio, sobre la que se construyó entre los siglos XII y XIII el puente del Passo Honroso, en cuyo entorno tiene lugar cada año una de las citas turísticas de León como son las Justas Medievales, conmemorativas de la épica hazaña de Don Suero, un personaje entre Quijote y Don Juan.

El río Órbigo es posiblemente el único río de España atravesado «dos Caminos de Santiago», el más conocido el Camino Francés en Hospital de Órbigo y el no menos importante Vía de la Plata a la altura del Puente de la Vizana en Alija del Infantado.

Sería prolijo enumerar los pueblos de su recorrido hasta su desembocadura en el Esla, cerca de Benavente, pero a los núcleos más importantes y poblados como Carrizo, Santa Marina, Benavides, Hospital y Veguellina y más abajo Soto o Alija, hay que incorporar, por su significación en todos los órdenes, a las dos capitalidades del territorio descrito, como son Astorga y La Bañeza.

Los cultivos de ribera han sido y son de lo más variado, lúpulo donde se produce el 95% de España, la remolacha azucarera que ha llegado a acoger hasta tres fábricas transformadoras en sus 90 Km. de recorrido, Veguellina, La Bañeza y Benavente, así como otrora tabaco, y desde luego las alubias, que bien en su propia ribera o en las ya citadas y por supuesto gracias a sus aguas prestadas a la Cerrajera, han hecho de este cultivo otro referente nacional, especialmente comercializadas en Veguellina y La Bañeza.

A propósito de la Presa Cerrajera, que acaba de conmemorar el 700 aniversario del primer documento conocido, está catalogada como la obra civil más importante de la Edad Media no solo en León sino en toda la Península con sus 42 Km. de recorrido, sin duda el origen de la moderna expansión del regadío en la potente y rica comarca del Páramo. Su origen mozárabe, sus leyendas, sus numerosos molinos en Alcoba, Santa Marina, Villavante, Acebes, Huerga, Villazala, Valdefuentes, Azares y Regueras deben ser objeto de una ruta más, de un destino solo para ella.

El espacio de esta recomendación no es tan amplio como el territorio sobre el que he pretendido dar solo unas pinceladas ya que sus posibilidades son muchas más de las descritas, pero que sirvan como apunte.