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La tipicidad como reto

«Todos somos Bierzo, pero podemos hacer muchos vinos distintos y esa posibilidad nos regala la diferenciación», afirma Jorge Peique, que lide-. ra como técnico el proyecto familiar..

Luis Peique padre, en el centro, con sus hijos Jorge, enólogo y director técnico de la bodega, y Luis, gerente de la sociedad.

Publicado por
RAFAEL BLANCO
León

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E l vino siempre se puede hacer bien, pero no deberíamos hacerlo todos igual cuando tenemos la enorme ventaja de poder elaborar muchos vinos distintos. La tipicidad es el futuro». Es tajante y muy sensato en su afirmación Jorge Peique Valle, el menor de los tres hermanos sobre los que se sustenta el proyecto estrictamente familiar que toma como referencia su apellido. Integrante de la mejor promoción de enólogos que ha dado el Bierzo, dirige técnicamente una de las siete bodegas que, al margen de otros pequeñas tentativas todavía incipientes y muy ilusionantes, contribuyen de manera especial a la salvación del viñedo en Valtuille de Abajo, todavía en la esperanza de que el precio de la uva convierta la viticultura en una actividad atractiva más allá del puro hecho de «cambiar el dinero».

Los Peique, todavía con una sabia y valiosa implicación del patriarca en las labores en el campo, cuidan de casi 22 hectáreas de viñedo propio repartido en 110 fincas. «Trabajar en esas condiciones es muy complicado, pero la diversidad de suelos, orientaciones y altitudes da muchísimo juego, sobre todo porque se trata de viñedo muy viejo. El Bierzo es la mayor zona de concentración de viñedo viejo del mundo. Todos podemos presumir de tenerlo. E incluso de que cada suelo nos dé unas características distintas desde la arcilla a la pizarra que permiten muchos posibilidades. No sólo podemos sentirnos orgullosos de ello: debemos hacerlo y, sobre todo, aprovecharlo. Sabemos que hay zonas más cálidas y otras más frescas, y que en cualquier caso el papel del enólogo es clave. Sin embargo, nosotros apostamos desde hace tiempo por la frescura y vamos a seguir en esa línea», defiende Jorge Peique.

Con Mencía del viñedo propio la bodega elabora un rosado Peique que sigue creciendo en producción (6.000 botellas; 4,16 euros en bodega) y los tintos Peique Joven (160.000; 4,16) y el crianza Ramón Valle (30.000 de 2012; 6,67), que son «un compendio» de uvas de distintas viñas y zonas. Y de parcelas concretas y de características muy definidas nacen los crianzas Peique Viñedos Viejos (15.000 de 2010; 9,99), Peique Selección Familiar (5.000 de 2009; 16,67) y Luis Peique (1.000 de 2009; 23,99), éste en honor de quien es el origen de la bodega y todavía se emplea tan a fondo y con tanto criterio en el cuidado de las cepas.

Hay uno más en la oferta de la bodega. Ese godello (7.000; 6,67) es la respuesta al creciente interés que suscita la variedad en el consumidor. «Es un vino de futuro por sus características diferenciadoras tanto en joven como para crianza. No tenemos referencias del pasado y no sabemos hasta dónde puede llegar en el futuro, pero debemos ser valientes y acabar con el mal hábito de consumir los blancos en el año».

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