cacabelos

C acabelos está de fiesta, la de Pascua, y qué mejor momento para conocer la villa del Cúa, pasear por sus calles, disfrutar de su extensa gastronomía regada con vino salido de sus propias entrañas y sumergirse en su entorno natural, en el que la grandes extensiones de viñedo envuelven el Camino de Santiago, patrimonio inmaterial que se suma a otro tangible, de gran valor e idílica imagen. La villa a la que la Guerra de la Independencia concedió un protagonismo especial —en su territorio tuvo lugar la batalla que permitió a los británicos de Sir John Moore conseguir su objetivo de contener durante varias horas el avance de los franceses liderados por el general Colbert, muerto en esta contienda, y así poder continuar su retirada hacia La Coruña— atesora

una amplia variedad de recursos turísticos que se funden con la efervescente cultura del vino y la figura de los peregrinos que diariamente atraviesan su trazado en su caminar hacia Compostela. Cinco kilómetros de la Ruta Xacobea discurren por este municipio.

Cacabelos es Camino, sí; es viticultura, también; pero igualmente es cultura y patrimonio arquitectónico y etnográfico. El Museo Arqueológico (Marca) es ejemplo de ello, la igual que el yacimiento prerromano de Castro Ventosa, en Pieros, y el romano de La Edrada, al norte de Cacabelos. Dos vestigios de la genética romana del municipio que riega el Cúa y que, como ocurre con los hechos de la Guerra de la Independencia, se recuerda anualmente en el ‘Ludus Bergidum Flavium’. El primero, declarado Monumento Histórico en el año 1931 y protegido como Zona Arqueológica, encuentra su muralla su vestigio más destacado. El segundo, identificado también como Castro Bergidum, fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 1994 y refleja la estructura de un hábitat o poblado de llanura romano.

Impulsar la puesta en valor de éstos y otros espacios o recursos que son un reclamo para el turismo es, precisamente, el objetivo prioritario del equipo de gobierno cacabelense. El mítico Cine Faba o el recinto ferial forman parte de esta estrategia y el Ayuntamiento trabaja ya en la dotación de nuevos contenidos para revalidar su presencia en el contexto cultural del municipio.

Un antiguo refrán anterior al siglo XVI dice que «o viño de Cacabelos hace bailar a os vellos»-y recuerda la tradición secular de los caldos de un municipio que lleva la uva grabada en su ADN. No en vano, en su suelo se asienta la sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo. La importancia que esta bebida de dioses tiene para la villa del Cúa no puede quedar al margen de su carta turística, que ofrece la opción de organizar una ruta del vino vertebrada en torno a las numerosas bodegas enraizadas en la zona y también en los múltiples establecimientos de hostelería, en algunos de los cuales el buen vino marida a la perfección con lo más selecto de la gastronomía berciana. En Cacabelos, sobre todo, triunfa el pulpo, aunque sin obviar el botillo o la empanada de batallón.

El puente Mayor, la ermita de San Roque, el santuario de las Angustias, la calle de Santa María o la iglesia de San Martín de Pieros son otros lugares de merecida mención susceptibles de ser visitados en un paseo por Cacabelos, que no es sólo la cabecera municipal, sino también Arborbuena, Quilós, Pieros, San Clemente y Villabuena. Un entorno que, además de lo hasta ahora descrito, ofrece también diversas alternativas en lo que a rutas se refiere, para hacer tanto a pie como en bicicleta. La ruta por las Chás, el Camino de Ribón, la subida a Monte Redondo o por el camino de Leguas son algunas.