Una crónica con figuras de palo
El farallón rocoso de Peña Piñera fue el lienzo sobre el que los habitantes del Neolítico quisieron dejar constancia de su forma de vida. Más de medio millar de figuras esquemáticas con forma humana y animal, representaciones de ídolos o deidades y otros dibujos más abstractos integran un conjunto pictórico de valor incalculable pero que sigue siendo un gran desconocido para el público general. Una joya artística enmarcada en el paisaje que dibujan Los Ancares
Es uno de los vestigios de arte prehistórico más destacados de la provincia de León pero sigue siendo un gran desconocido para el público general. El yacimiento de Peña Piñera, en Vega de Espinareda, conserva alrededor de medio millar de pinturas rupestres esquemáticas que representan escenas de la vida cotidiana de los habitantes del Neolítico. Figuras antropomorfas y zoomorfas dominan cada una de las composiciones, dando cuenta de la importancia de la caza y la ganadería, principales actividades productivas de los grupos sociales que habitaron la zona entre el Neolítico Medio (4500 a.C) y la Edad de Bronce (1000 a.C). 3.500 años de historia representados sobre un farallón rocoso que comenzó a ser objeto de estudio en 1982 pero del que los propios vecinos de este municipio berciano tenían constancia mucho antes.
Junto a las dominantes figuras de trazo sencillo con forma humana y animal, se conservan también algunas representaciones de ídolos, vinculadas a alguna deidad o entidad protectora venerada por los autores de tan magna obra, que no se ha librado de las crueles andanzas de los más profanos, capaces incluso de garabatear a su alrededor. Algunas formas más abstractas y de difícil definición, incluso para los expertos, completan un yacimiento que, junto al de Librán (Toreno), es uno de los pocos vestigios de arte rupestre encontrados en el Bierzo.
Una referencia histórica sobre el modo de vida de quienes poblaron la comarca berciana en el último período de la Edad de Piedra, cuando se extendió el pastoreo, la caza seguía siendo un medio de subsistencia y empezaron a crearse los grupos sociales, claramente representados en buena parte de las composiciones del yacimiento berciano, realizadas a base de trazos rápidos y básicos, como dibujadas por un niño de corta edad. En varias —distribuidas en abrigos rocosos y aisladas unas de otras— pueden contemplarse a grupos de figuras antropomorfas rodeando a varias representaciones zoomorfas en un intento por reproducir la caza o el pastoreo
Dibujadas sobre la piedra utilizando el propio pigmento de la roca, las pinturas rupestres del yacimiento de Peña Piñera siguen siendo un enigma también para los estudiosos, una joya gráfica que convirtió la piedra en lienzo y que puede visitarse abiertamente. No existen todavía visitas guiadas o comentadas, pero sí está en proyecto la instalación de una serie de paneles gráficos que explicarán los rasgos más generales de las composiciones, detallando su posible significado y describiendo cada trazo.
Un aliciente más para perderse a las puertas de Los Ancares Leoneses, que si no fuera suficiente lo que tienen de natural y lo que atesoran en su paisaje, conservan también una vestigio de la prehistoria capaz de sobrevivir a la intemperie y a la ya citada mano de quienes han usado la mala fe para adherirse a la historia de un pueblo que hace más de 6.000 años quiso dejar constancia de su presencia usando la yema de sus dedos.