Diario de León

LEÓN ROMANO MOZÁRABE. ROMÁNICO. GÓTICO LA CIUDAD HISTORIA CAMINO DE SANTIAGO

2.000 años de león

Recorriendo el perímetro de San Isidoro se pueden explicar 2.000 años de la historia de León. Su origen romano; el esplendor del campamento de la Legio VII, conservado en sus cubos; el arte, desde lo mozárabe a lo románico, pasando por los pináculos góticos que nos recuerdan a la Catedral; las flechas del Camino de Santiago por la calle Sacramento, que indican la ruta jacobea, los 306 kilómetros hasta el Apóstol... En la plaza de Santo Martino se puede ver la evolución del propio conjunto monumental y bajando por la calle Abadía el nuevo León. En la esquina de Ramón y Cajal con la calle Renueva, la última foto: desde allí se ve Botines, de Gaudí.

f. otero perandones / javier suárez-quiñones

f. otero perandones / javier suárez-quiñones

Ponferrada

Creado:

Actualizado:

Una vuelta de 360ª por la historia de León se puede hacer recorriendo el perímetro de San Isidoro. Apenas medio kilómetro andando por el mejor León. La ruta debe empezar a la fuerza en la plaza de San Isidoro, así llamada en honor al sabio entre los sabios. Hasta pudo ser el patrón de Internet. Allí nos recibe también la escultura de Las Cabezadas, erigida tanto o más en recuerdo de Antonio Viñayo, gran impulsor de que hoy esta joya leonesa sea lo que es, con el actual abad, Francisco Rodríguez, como gran continuador. El canónigo es Don Antonio porque tiene gafas. Un detalle curioso, merecido. Y es que los abades y canónigos de San Isidoro custodían las esencias de León, como lo demuestran también la escultura erigida a Felipe Magdaleno, impulsor de la Coral Isidoriana, o la placa de Julio Pérez Llamazares, calle así llamada a la bajada hacia Ramón y Cajal, donde se pueden ver vestigios de la Muralla Romana, el tercer recorrido más largo de España. Primera parada.

León fue un campamento romano. El gran cuartel para vigilar el oro de Las Médulas camino de Roma. En esa bajada se ven cantos de la denominada Alto Imperial y la llamada Tardorromana. Aunque la legio VI victrix tuvo también su defensa, la muralla de piedra más antigua fue levantada a finales del siglo I d.C. por su sucesora, la VII gemina. Es lo que se ve mirando al norte, hacia la avenida Ramón y Cajal que baja de San Mamés, en cinco de los cubos, uno peor conservado y cuatro como hace dos milenios. Todo un espectáculo de belleza para la vista. Historia viva de León y postal de muchas visitas.

En Roma comienza este recorrido, que continúa a la fuerza mirando hacia arriba, hacia la torre y el Gallo de San Isidoro. Una vista desconocida es desde la entrada misma del Museo Isidoriano que guarda los tesoros de León. El Gallo es una veleta con tres partes bien diferenciadas: gallo, esfera y cono. Se le considera un símbolo muy especial de la ciudad de León, y durante siglos funcionó perfectamente como veleta. En los archivos no se encontró nunca una mención, ni una historia ni una fecha que lo relacionara con algún hecho histórico, pero sí se sabe que fue instalado en la torre en el siglo XI. Hoy, el original está en el Museo, como el Grial y todas las joyas isidorianas, sin olvidar una visita al Panteón Real.

En la plaza, a la puerta del Museo, sigue nuestro recorrido. Ahora pasando por delante de la fachada principal. Es la historia de una colegiata que tiene una primera fecha, el 21 de diciembre de 1063, cuando los reyes Fernando I y Sancha consagraron la iglesia antigua, de la que se conserva el muro norte, el oeste y la puerta occidental, que está tapiada. Es un recorrido por el arte. Por lo mozárabe, lo románico y lo gótico. Hay que entrar a la fuerza, aunque el recorrido de nuestra visita sea por fuera.

La puerta principal del templo se denomina la Puerta del Cordero. A la izquierda figura San Isidoro; a la derecha San Pelayo. Completan el programa iconográfico, el rey David, cinco músicos y los signos del zodíaco. La parada lleva tiempo.

Sigue la Puerta del Perdón, consagrada a los peregrinos. Un perro y un león, guardianes del templo, sostienen el tímpano con el Descendimiento de la Cruz, las Marías ante el sepulcro y la Ascensión. A ambos lados del arco aparecen San Pedro y San Pablo. Hoy es también la puerta del Año de la Misericordia.

En la esquina con la calle Sacramento, mirando otra vez hacia arriba, se ven los pináculos góticos, hoy protegidos contra el tiempo, y si uno pasa de noche, verá también el reflejo de las vidrieras, que recuerdan a la Catedral, el otro gran símbolo de León.

Entramos en este recorrido desde Roma hasta el siglo XX, en la calle Sacramento, calzada jacobea, como se advierte en una pequeña flecha pintada en el suelo. El muro de San Isidoro nos recuerda a los ocres italianos, el lento paso del tiempo. Al otro lado de la pared, el claustro donde tuvieron lugar las primeras Cortes de la historia. Es un León mágico, alegre, vivo, por donde pasan a diario cientos de leoneses. La calle Sacramento da paso a la plaza de Santo Martino. Allí, junto a la entrada al hotel, está un pequeño monolito que nos recuerda que hasta Santiago de Compostela quedan 306 kilómetros.

El itinerario nos lleva entonces a la calle Abadía, como bajada final del recorrido. De frente, la calle Renueva, que guía a los peregrinos. Mirando hacia el suelo, las piedras perdidas de la Muralla, donde hubo una puerta que se derribó.

Volvemos a ver los cuatro cubos mejor conservados. Pasamos al otro lado de la calle. Al fondo se ve el Palacio de los Guzmanes y la zona más alta del edificio de Gaudí, símbolos del poder leonés y de la mejor arquitectura del siglo XX.

Termina así un recorrido que tiene otra gran historia dentro de la colegiata.

tracking