piedra que hace justicia
En la plaza Mayor de Toreno, frente a la casa consistorial, se erige el emblema del pueblo, La Picota. Un rollo de justicia con más de cinco siglos de historia que, pese a ser Bien de Interés Cultural, es uno de los monumentos más desconocidos del Bierzo. Único en la comarca, evoca esa época de la historia de España en la que criminales y delincuentes eran expuestos, muertos o vivos, para el escarnio público. No obstante, su fin real fue más bien el de punto de encuentro para la celebración de concejos públicos
P ese a que es el único de sus características que se conserva en el Bierzo, sigue siendo un gran desconocido. No hay documentación oficial que certifique que sirvió al fin para el que estaban concebidas este tipo de construcciones, pero aún hoy, más de cinco siglos después de que fuera alzado, el Rollo de Justicia de Toreno evoca el oscurantismo de aquella época de la historia de España en la que el poder civil exhibía las cabezas o cuerpos de los ajusticiados. Muertos o vivos, el fin era el mismo: exponer sus vergüenzas y dar cuenta de que la mano ejecutora de la autoridad no temblaba ante los delincuentes.
Más conocida como La Picota, este rollo de piedra terminada en punta, con poca ornamentación y sostenida por tres escalinatas que forman un cuadrado en la base, es hoy día el símbolo de Toreno. Ubicada en la plaza Mayor de la villa, pocos foráneos saben de su existencia e historia más allá de los carteles que a la salida de Ponferrada anuncian su presencia a unos pocos kilómetros. Es un monumento insólito que ha sobrevivido a la historia en contra de la decisión tomada por las Cortes de Cádiz en 1813, que ordenó mediante decreto la demolición de todos los signos de vasallaje que hubiera en cualquier punto de la Nación. Bien es cierto que no es único en España, pero sí el último del Bierzo, habiendo corrido una suerte distinta a los rollos de justicia que en su día hubo también en Vega de Espinareda o Ponferrada.
Alzada inicialmente en las inmediaciones del Castillo Formoso de Toreno, ya en el siglo XVI fue traslada al centro de la villa. Erigida desde entonces frente a la casa consistorial, en el centro de una glorieta que distribuye el tráfico, dos han sido las tentativas de apartarla de este lugar, afortunadamente infructuosas. Ahora aguarda una reparación que llegará en 2017. Será desmontada, reparada y respuesta en el centro de Toreno, porque el objetivo del Ayuntamiento es mantener en el mismo lugar el que es el emblema del pueblo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1963.
Varias son las historias, ficticias o reales, que giran en torno a La Picota. No se conserva ningún documento oficial que certifique que fueran expuestas partes del cuerpo de algún criminal o exhibidos, para su deshonra y castigo, delincuentes comunes de leves penas después de ser azotados. Pero sí queda en la tradición oral de la villa una historia que pudiera ser real y que ha contado en varias ocasiones el vecino Paco Vuelta: la de una mujer que asesinó a uno de sus hijos y fue puesta en La Picota para hacer justicia. No obstante, el uso mayoritario y corroborado de este elemento arquitectónico de gran carga histórica fue el de lugar de encuentro, punto central del otrora ágora en la que se reunían los vecinos para celebrar concejos y abordar asuntos de interés general.
Impertérrita ha visto La Picota pasar siglos de historia en su municipio. Un monumento de pequeñas dimensiones pero de incuestionable valor.