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Azul contra ceniza

La artista Raquel Montero y el Museo Arqueológico de Cacabelos han creado en Villafranca del Bierzo el Bosque Azul, una pieza de arte contemporáneo en plena naturaleza que reivindica un paisaje mágico surgido de las cenizas de un bosque incendiado en 2015. Vida frente a devastación a partir de un color asociado a la frescura y a la tranquilidad, en contraposición con el luto que deja el fuego. La obra forma parte de la exposición ‘Poli-zontes’ que puede verse hasta el 8 de enero en el Marca y a la que han dado forma diez artistas

Perspectiva del Bosque Azul, localizado en un punto estratégico visible desde la autovía A-6, la carretera N-VI y el Camino de Santiago, a la salida de Villafranca.

Ponferrada

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Un bosque quemado en 2015 y convertido ahora en una obra de arte contemporáneo que ha transformado el negro ceniza en un azul eléctrico visible desde cualquier punto y que evoca más la magia que la degradación posterior a un incendio. Esto es el Bosque Azul de Villafranca del Bierzo, una intervención artística realizada por Raquel Montero bajo la promoción del Museo Arqueológico de Cacabelos (Marca) dentro de la exposición Poli-zontes. Nuevos horizontes del paisaje contemporáneo.

El azul ha tomado un fragmento de terreno calcinado el año pasado y lo ha convertido en una obra de arte contemporáneo.

El Bosque Azul es el punto de partida de una muestra que podrá verse hasta el día 8 de enero en el Marca, que no sólo ha sacado al exterior una de las piezas, sino que la ha llevado a un municipio diferente, fruto de la colaboración entre los ayuntamientos de Cacabelos y Villafranca. Esta pieza artística pretende ser un ejemplo de cómo el arte puede transformar un paisaje y, en este caso, darle una segunda oportunidad, pasando de ser un entorno maltratado a otro bien diferente, «deseado o soñado», según explica la comisaria de la exposición, Silvia Blanco.

No obstante, el Bosque Azul tiene otro objetivo, el de acercar el arte contemporáneo a la calle, democratizarlo. Y desde luego, éste es un fin perseguido y conseguido, porque ninguna mirada escapa al influjo de este particular bosque cuando la vista alcanza el azul. Se encuentra en un enclave estratégico, visible desde la A-6 en dirección a La Coruña (kilómetro 409), también desde la N-VI y desde el Camino de Santiago, a la salida de Villafranca.

«Es una importante puesta en valor de un territorio que había sido devastado por la mano del hombre», destacó la comisaria de la muestra Poli-zontes. Y la forma de conseguirlo es utilizando un color que transmite frescura y tranquilidad, asociado a la mente y a la intelectualidad; frente al luto y al pesimismo del negro más triste, el producido por un incendio. Un negro resultado del fuego que nada tiene que ver con la protección que desprenden los azules más claros. Vida contra devastación.

Si bien este Bosque Azul es el punto de partida de la nueva exposición del Marca, no es la única obra. Una decena de artistas punteros ha trabajado para ofrecer una visión diferente del paisaje. Para ello, la muestra gira en torno a cuatro formas de interpretarlo: paisaje deseado, maltratado, vivido y transformado; y cada uno de los artistas crea una interpretación, una mirada personal sobre la naturaleza, lo urbano, lo real o lo irreal, buscando incluso lo emocional. Eso es lo que ha hecho Raquel Montero en este segmento de bosque quemado en Villafranca; buscó un diálogo con el entorno para luego transformarlo. Lo mismo han hecho también los otros nueve artistas para presentar sus propuestas de fotografía, pintura, escultura y dibujo. Así pues, el Bierzo en otoño es cobrizo y rojizo o verde en diferentes tonalidades, y además ahora es también azul.