nicanores De boñar
Luis Rodríguez, bisnieto de Nicanor Rodríguez. En la imagen superior una bandeja de los famosos dulces.
Luis Rodríguez es el bisnieto mayor de Nicanor Rodríguez, quien hace más de un siglo creó en Boñar lo reconocidos Nicanores, unos hojaldres inimitables, patrimonio familiar, que se hacen a base de hojaldre, mantequilla, harina, yema de huevo y azúcar glas. Será él quien mañana recoja el premio de la Academia Leonesa de Gastronomía a mejor producto gastronómico del año. Un galardón que se suma a otros muchos conseguidos con anterioridad pero que tiene un sabor especial, porque es la tierra de su creador quien reconoce su trabajo.
«Este premio es un reconocimiento a lo que hizo mi bisabuelo y a las generaciones que me han precedido haciendo Nicanores durante más de cien años. Esto lo inventó mi bisabuelo y el mérito es suyo», asegura Luis Rodríguez, más que satisfecho por el reconocimiento de la Academia.
A sus 54 años lleva prácticamente desde los 10 trabajando en el negocio familiar. «Ya entonces repartía y bajaba al obrador», recuerda. Su padre y su tío dejaron León en la década de los 50 del siglo pasado para montar una pastelería en Madrid y llevar hasta la capital no solo los Nicanores, sino también la Tarta de Trucha que, igualmente, ha obtenido grandes reconocimientos. En 1954 abrieron en Madrid y desde entonces la familia sigue al pie del cañón en el número 33 de la calle Azcona de la capital, donde tienen el obrador y las oficinas de la Pastelería Boñar.
La suya es una marca registrada que sólo puede fabricar la familia de Nicanor Rodríguez. Unos hojaldres fácilmente reconocibles que se venden en tiendas gourmet y delicatessen de toda España, pero que tienen en León y Madrid los principales mercados. Pastelería Boñar comercializa anualmente unas 50.000 cajas.