Diario de León

Para quitarse el sombrero

De la inquietud enológica de la bodega nace y se desarrolla una línea de vinos paralela a los his-. tóricos ‘Casis’ y, como en ese caso, no dejan mar- gen para la indiferencia.

Ana Casis, supervisando el viñedo que la bodega tiene repartido en dos grandes parcelas en parajes distintos de Gordaliza del Pino. PC

Ana Casis, supervisando el viñedo que la bodega tiene repartido en dos grandes parcelas en parajes distintos de Gordaliza del Pino. PC

Publicado por
RAFAEL BLANCO
León

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¿Q ué es un turuntal ? Nada para la RAE, algo de muy difícil de conceptuar para quienes alguna vez escucharan esa palabra y sin embargo una definición muy precisa para quien la pronunciaba, relacionada siempre, eso sí, con el mundo de la vitivinicultura, o más concretamente con la viticultura. Quizá un telar en la acepción más cazurra, o un marrón en la más coloquial. Pedro Casis, que ennobleció e hizo muy grande el pequeño universo del vino en el sureste de la provincia y que dejó para él un legado impagable de sabiduría, talento y sentido común, la dejaba caer de vez en cuando con cierto gesto de desaprobación, pero siempre con esa voluntad de aceptación que tienen los hombres buenos. Había muchas cosas que le disgustaban del mundo del vino, porque no era persona de ataduras, pero entendía esa actividad como enriquecedora socialmente y extraordinariamante solidaria. De manera que Los Turuntales que su hija Ana Casis firma ahora —ella lo acompañó durante veinte años en la viña y en la bodega— no son sólo un homenaje en la mención, sino también en el proceso enológico y en el sabor —y saber— de quienes los disfruten. Y son sobre todo memoria porque enlazan en la representación gráfica de esa referencia —Turun (imaginariamente duende, geniecillo...) Tales (cuentos, chismes, fábulas...)— leyenda e historia bajo el hilo conductor del sombrero para relacionarlos y hacerlos identificables a primera vista: una boina de marcado carácter femenino para el seductor rosado (monovarietal Prieto Picudo), un bombín para resaltar la elegancia del blanco (80% de Godello y 20% de Albarín) y una chistera para dejarse embaucar por la magia del tinto (60% de Prieto Picudo y 40% de Mencía), éste un coupage de vinificaciones con ocho meses de permanencia en barrica en el caso del 2015. Pero las elaboraciones no se someterán a un patrón fijo, de manera que las aportaciones cambiarán en función de las condiciones de la añada o del capricho elaborador. Es una posibilidad, sobre todo para otros vinos de la bodega, que aporta singularidad y diversidad a partir de la disponibilidad de la amplia paleta varietal del viñedo propio. En Viña Henales, de siete hectáreas y plantada a principios de los noventa, hay Prieto Picudo, Mencía, Negro Saurí, Garnacha y las blancas Godello, Moscatel, Treixadura, Viura. En La Nueva, como contraposición a la vieja, de siete hectáreas y media y plantada hace diez años, hay más Prieto Picudo, por supuesto también Godello y Verdejo, y además Syrah. Es el patrimonio material con el que Pedro Casis mantuvo a Gordaliza del Pino como referencia vitivinícola provincial y en agradecimiento por este legado, y como homenaje, estos vinos son, efectivamente, para quitarse el sombrero. En su memoria.

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