LA fuerza de la Mencía
No es el tinto más comercial de Losada. No es la preten- sión y no podría serlo... por exclusividad. Pero sí el que expresa con mayor nitidez la fuerza de la Mencía en el empeño de su autor por buscar —y alcanzar— la pureza..
V eintiuna pequeñas parcelas propiedad de la bodega ubicadas en Valtuille de Arriba darán contenido al primer vino de villa de Losada Vinos de Finca dentro de la nueva catalogación que ya ha ideado y ofertará la Denominación de Origen Bierzo y hacia la que las bodegas más vanguardistas de la comarca, entre ellas Losada, por supuesto, ya habían avanzado y tienen hoy mucho camino recorrido.
Es una elaboración ya clásica de la bodega —hizo la primera en 2005, cuando ni siquiera disponía de las actuales instalaciones—, apoyada en la calidad de la uva de esas pequeñas viñas, en el carácter diferenciador del suelo —composición, altitud y orientación—, una viticultura sostenible sin herbicidas ni sistémicos y una crianza de quince meses en barricas de roble francés de 228 y 500 litros. El resultado es un tinto muy particular, al mismo tiempo semiarcilloso y semimineral, que manifiesta toda la fuerza y el carácter de la Mencía, pero también su frescura y sutileza y una alta expresión frutal siempre seductora que relega, casi oculta, el peso de la madera, más evidente en aquellas primeras vinificaciones. En definitiva, un mencía sumamente elegante, ya muy estilizado tras once elaboraciones e imprescindible como expresión fidedigna y rotunda de las excelencias de la viña berciana.
Pero no descuida Losada los otros frente abiertos. No habrá rosado 5 Rosas de 2017 porque las condiciones y limitaciones de la vendimia, y la producción del godello caerá de 15.000 a 1.500 botellas —sólo 2.000 kilos de uva frente a los 15.000 que era el objetivo— porque la helada castigó con especial saña a la zona de producción de la uva en San Lorenzo.
Además del más comercial El Pájaro Rojo, el Losada entraría en la nueva catalogación que propone el consejo regulador como vino regional de coupage —conocido, reconocible y muy regular por la permanencia del estilo y la frescura y la fruta con un apunte mineral— mientras los tintos de la parte alta de la gama avanzan hacia la zonificación y la excelencia, de manera que mientras el Altos de Losada sería un vino de villa —también el godello—, la bodega sigue apuntando hacia los de paraje con el objetivo de explorar y explotar todas las posibilidades que ofrece el viñedo para desarrollar elaboraciones muy características, como las que ofrecen los Altos de Losada La Bienquerida, Pobladura y El Cepón, todos ellos Mencía 100%, y La Senda del Diablo, una tentación —y condena— por la Garnacha.