De viaje a
Puebla de lillo
El torreón medieval de Puebla de Lillo ha sido testigo de cómo han ido cambiando el paisaje, las casas y la gente de su pueblo a lo largo de la historia. Hoy se ha convertido en Casa del Parque La estación invernal de San Isidro y la Casa del Parque se han convertido, junto con la gastronomía local, en los grandes atractivos de este municipio
E l invierno luce sus mejores galas en municipios como el de Puebla de Lillo, donde más que un estorbo se antoja como el mejor de los tesoros, sobre todo si viene vestido con un manto blanco. Premisa que este moribundo 2017 sí está cumpliendo en mayor medida que hace un año. Lo notan los hosteleros de la zona y sobre todo la principal atracción turística de la zona, la estación de San Isidro. Una instalación que funciona ya a pleno rendimiento desde hace semanas y que regala grandes jornadas de nieve a los amantes del esquí. Sus accesos por carretera son fáciles tanto desde la provincia leonesa como desde Asturias y dispone de todos los servicios necesarios para el disfrute del deporte del esquí, como hoteles, apartamentos, restaurantes, bares y camping, además de escuela de esquí.
El otro gran atractivo de Puebla —éste durante todo el año— es su torreón medieval, convertido desde hace años en Casa del Parque. Una bella construcción que ha sido testigo de cómo han ido cambiando el paisaje, las casas y la gente de su pueblo a lo largo de la historia. En la primera planta se encuentra el área de recepción donde se ofrece una visión general del Parque Regional de Picos de Europa y sus posibilidades de visita. Destaca un punto interactivo que incorpora una visita virtual a la casa. También hay una serie de paneles que reflejan la gran variedad de flora y fauna típica de cada una de las estaciones del año. Ya en la segunda planta ‘Valles y Montañas, los dos Mundos de Picos de Europa’, los turistas verán reflejada toda la riqueza de este espacio natural, así como la historia de este maravilloso paisaje y los agentes que han contribuido al modelado del paisaje. También es posible disfrutar de dos de las cinco zonas Reserva del parque. La vista al torreón concluye en la tercera planta. Bautizada como ‘El Hombre en Picos de Europa, Interpretación del Paisaje’ muestra todos los pueblos que engloba este espacio a través de una maqueta, también algo más de sus gentes, su relación con la trashumancia, la gastronomía, cómo ha sabido aprovechar los recursos naturales y divisar un hermoso paisaje desde el mirador.
También merece la pena degustar su cocina tradicional en alguno de los bares y restaurantes que habitan en la zona. Platos de cuchara, buenas legumbres, carnes y pescados, arroces y ensaladas... todo preparado como antaño, con el gusto y la calidad que pocos pueden ofrecer.
Pasear por Puebla de Lillo es embelesarse con sus construcciones de piedra, con calles que parecen conducir a ninguna parte, con rutas de montaña dignas de cualquier novela. El frío regala un toque mágico al municipio, una bella estampa que siempre deja helado a los visitantes.