Diario de León

LUGARES FIGURADOS LUIS CARNICERO, arquitecto y poeta

Memoria de la oquedad

LUIS CARNICERO

LUIS CARNICERO

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

También las cuevas, escondidas en la tierra o en las rocas, son belleza del paisaje, puertas que abren lo profundo para acceder a la apacible y primigenia oscuridad.

En busca de esos antros o esos vientres excavados por cuchillas de humedad, a escala humana, símbolo de mitos y rituales, fuiste hasta los pies de los Mampodres, a Acebedo.

Partiendo del puente Molin-de-Cano, cruzando el arroyo Erendia y el monte Cea, dejaste a la izquierda el Monte Cotado. Camino del manantial, entre escobas y servales, se apuraba el cauce admirando acebos. Explorando la ladera, a tu derecha, llegaste a la Fuente. Luego, como buscando refugio, como cruzando fronteras y bosques del Origen, continuaste subiendo hasta que, disimulada entre troncos de mágicas yatas y raíces-ramas enroscadas, descubriste la Cueva de Fideos.

Y entraste en ella reptando, imaginando a tientas su unidad, deslizándote en el barro, tus manos como ojos, pared el suelo, interpretando tinieblas esculpidas, pies brotando, muñones derramados, concavidades soldadas, columnas de anillos… pensando el arte de armonizar el mundo interior con los vacíos, sintiendo cristalizadas la piel del Agua y la piel del Aire.

Allí reviviste la intención creativa del hombre, entrando en sí mismo, adaptando su cuerpo al espacio, reflexionando sobre la intemperie, la temporalidad, lo prohibido… morando la primera arquitectura, habitando la gravedad en masas de negrura modeladas con la Luz.

Vuelto a la claridad, renacido, ascendiste hacia la Peña de Todos los Vientos; tras sondear la cueva del Hornín con sus sombras-pozo, llegaste a la cima desde el sur, contemplando Peña Ten, Espigüete, Yordas, Peña Cuadrada, Pico Lázaro, Corral de los Diablos, Valjarto, Peña La Cruz… Tu mirada era laberinto circular abarcando? el territorio y los símbolos: almas-centro de montañas, divinidad bajo cielos fugitivos.

Y fulgió en ti la memoria de la oquedad: la del útero y la boca en el nacer; la del asombro y el sueño en la niñez; la de la duda y la ausencia en la plenitud; la del abismo en el regreso y la ocultación.

tracking