pasos de futuro
Santa Colomba de Somoza abandera la lucha contra la pérdida de población haciendo una importante apuesta por la artesanía y la cultura. Ahora, tiene en marcha un taller de botas y botines a medida y artesanales. Una idea planteada por Carmen y Antonio, del Guardanés Artesano, una joven pareja de ingenieros que emprendió el camino contrario al de la despoblación. Hicieron las maletas y desde Madrid desembarcaron en Villalibre de Somoza
Este es el camino inverso al que sigue la despoblación. Es la historia de una joven pareja extremeña que, desde Madrid, hizo las maletas para desembarcar con su taller artesano de zapatos a medida en Villalibre de Somoza, en plena Maragatería. Antonio y Carmen y sus alumnos del taller que ahora imparten en Santa Colomba de Somoza y este Ayuntamiento son un puntal para fijar población. El Consistorio ha emprendido una red de contactos para hacer de la artesanía un valor de futuro. Así lo explican el alcalde, José Miguel Nieto, y el técnico de Turismo, Óscar Martínez, que trabajan codo con codo para dar cabida a todos los maestros artesanos y potenciar la dinamización rural a través de los trabajos de siempre. Una medida que también ayuda a que los lugareños se queden en los pueblos y a que personas de otros lugares lleguen hasta aquí y hagan vida — por unos días y ojalá que por mucho tiempo— en nuestros pueblos.
La iniciativa parece que empieza a dar frutos. Y, como prueba, en el taller que están desarrollando Antonio y Carmen en Santa Colomba hay alumnos de León, pero también del País Vasco o de Extremadura. Este no será el último que hagan y además, el Ayuntamiento abre las puertas a cuantas iniciativas de este tipo quieran llevarse a cabo en la localidad, que tiene una intensa agenda cultural, y que facilita las instalaciones municipales para el desarrollo de estas iniciativas.
El taller de Carmen y Antonio basa su ejecución en su forma de trabajo en el Guardanés Artesano, su taller de Villalibre, donde trabajan la piel para hacer zapatos a medida y artesanos de principio a fin. Tanto es así, que se encargan de tomar las medidas, hacer las hormas e incluso coser a mano las piezas. Una mecánica que ahora están siguiendo en el taller que imparten en Santa Colomba, donde los alumnos están creando sus propias botas y botines.
Y, es que «no todo va a ser el turismo en nuestro pueblos», asegura Carmen, que sabe, como Óscar y Antonio, que estas iniciativas pueden ir teniendo calado a medio plazo para asentar población en el medio rural. Ellos hablan desde su experiencia propia, conocedores de que Madrid, o otras grandes ciudades, no aportan la calidad de vida que si puede lograrse en los pueblos. «Nosotros antepusimos la crianza de nuestros hijos y la calidad de vida», explican, conscientes de que querer es poder. Antonio es artesano de tercera generación y mientras explica en qué consiste el taller y su trabajo da pautas a los alumnos, que se esfuerzan con sus botas y botines, donde hasta el hilo que cose las suelas se hace de manera artesanal.
Igual que ellos — ambos ingenieros— dejaron atrás otra vida para apostar por la artesanía, «otros también pueden», dicen, porque «estos entornos son ideales para trabajar y darles vida». En la comarca hay más artesanos con esta filosofía. Y, es que estos pueblos pisan fuerte.