De viaje a
San Adrián del valle
Poco más de cien vecinos hay censados en esta localidad con ayuntamiento propio que sabe bien lo que es la despoblación y la falta de gente joven que revitalice la zona Las bodegas son la joya de la corona y también la seña de identidad de este municipio de la provincia enclavado en un escenario que domina el campo
Algunos de los rincones de San Adrián del Valle, municipio colindante a la provincia de Zamora cuyo terreno alberga más de 500 cuevas artificiales que ocupan una extensión cercana a los 300.000 metros cuadrados.
S on auténticas joyas en la zona y se guardan bajo tierra. Las bodegas se resisten a desaparecer y son, además, un atractivo turístico y cultural en San Adrián del Valle. Es el ejemplo de la bodega de doña Rosa, una de las excavadas en las entrañas de la tierra más grandes de Europa. Con sus cerca de 10.000 metros y de titularidad privada, muestra cubas de madera, vagonetas y otros artilugios relacionados con la cultura del vino que bien merecen una visita.
Y es que San Adrián alberga más de 500 cuevas artificiales que hablan de su pasado y forman una parte importante de su historia. En este municipio cercano a la provincia de Zamora los laberintos en los que se conserva el vino y sus secretos son una seña de identidad. Y por eso las cuidan y las mantienen a pesar del paso del tiempo.
Como suele ser habitual en la inmensa mayoría de los pueblos de la provincia, la juventud no abunda por aquí en la mayor parte del año. Los dos niños que viven en San Adrián no son suficientes para mantener la escuela abierta y la población envejece a un ritmo frenético.
Poco más de cien vecinos censados y alrededor de la mitad hay viviendo en este pueblo con Ayuntamiento propio que es uno de los más pequeños de la provincia. El campo es, como suele ser habitual, el medio de vida desde siempre y la concentración parcelaria está en pleno trámite.
Para el 2019 que está a punto de comenzar el Ayuntamiento va a acometer el arreglo de la carretera que da acceso al pueblo, que también verá inaugurado en los próximos meses el nuevo pozo de agua, que sólo está a la espera de que el agua salga limpia. Las calles están todas asfaltadas y el alumbrado público renovado.
La plaza es uno de los rincones más bonitos de San Adrián y, junto a ella, el bar en el que los vecinos hacen vida fuera de casa.
Un campo de fútbol sala y un frontón a punto de ser acabado son las infraestructuras deportivas de esta localidad que cambia de cara en los meses de verano, cuando se juntan cerca de 500 personas que regresan al lugar en el que nacieron y vivieron sus antepasados.
Su iglesia, con elementos artísticos de interés, es otra de las joyas de su corona.