Dos retos de Gancedo

No mucho tanino ni mucha estructura, que una copa te pida otra ». Ese sencillo mensaje sintetiza el complejo objetivo que Nacho Álvarez Losada se impone como prioridad al frente de la dirección técnica de Gancedo, una referencia permanente en la vitivinicultura berciana por criterio en la viña y la más alta calidad en la bodega. No va a haber cambios en ese sentido en el proyecto radicado en Quilós que apunta, desde el crecimiento del viñedo, a los objetivos más ambiciosos. Y es justamente el viñedo lo que ocupa la atención del técnico. «Vamos a hacer hincapié en ese aspecto, trabajarlo mucho. Tenemos, por superficie de plantación, unas posibilidades de desarrollo enormes partiendo de una buena base que, por una parte, es la propiedad de todo lo que gestionamos y cuidamos bajo nuestro criterio y, por otra, la disponibilidad de viña vieja y la posibilidad de elaborar vinos por parcelas. Eso es lo que el Bierzo, la mayor reserva mundial de cepas centenarias, tiene que vender y transmitir al mundo», afirma Álvarez, un enólogo joven, con inquietudes, muy experimentado y con la fiabilidad de haber elaborado en Rías Baixas, Ribeira Sacra, Valdeorras, Toro, Rueda, Calatayud, Andalucía y el Bierzo. Pero es justamente el Bierzo, el regreso a su tierra, lo que le fascina: «Tiene un potencial enorme. Si no lo creyera así, no estaría aquí. Hay grandes vinos, grandes bodegas y grandes nombres... muchas posibilidades para tirar con fuerza de la zona».

Con buen criterio y sumándose a las señales de alarma lanzadas por otros enólogos, reclama Álvarez Losada cautela sobre la explosión del godello, una elaboración que siempre ha distinguido a Gancedo y que se ha generalizado entre las bodegas bercianas por las buenas expectativas generadas en el mercado y que en la última vendimia llevaron a pagar hasta dos euros y medio por kilo de uva en la cepa. «Tenemos que evitar que nos pase lo que ocurrió en Rías Baixas. Es decir, debemos controlar la plantación para no devaluar la uva y los vinos. Seguramente es la mejor variedad para elaborar blancos, pero no se nos puede ir la cabeza porque nunca podremos competir por precio. Se están pagando barbaridades, cuando a un euro y medio gana el viticultor y gana la bodega. Hay que buscar ese equilibrio», afirma.

Equilibrio es lo que busca también en los vinos que hace: «La idea en Gancedo es mantener la línea que se ha seguido siempre, ajustando los perfiles. En el caso del godello, buscar un final de boca con mayor volumen y complejidad a partir de la permanencia de ocho meses sobre lías. Para el rosado, mayor expresión frutal con un ligero paso por barrica. Y, en fin, para los tintos, más golosidad, que sean más largos y más amables».