Intur | Crónica de ambiente
Un paseo en bici por Oña y un cielo estrellado antes del perro Pipper
La comitiva de la inauguración oficial de la Feria, liderada por Fernández Mañueco, conoce de primera mano las propuestas turísticas de las nueve provincias
Ocio, naturaleza, cultura, cine, paseos urbanos y rurales, castillos, museos… y mucho más. Todo eso es Castilla y León. Y todo es eso es posible, muy resumido, en la Feria Internacional de Turismo de Interior (Intur), que hoy arrancó en Valladolid y que se extenderá hasta el domingo. La Comunidad es líder en este ámbito y el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, aprovechó para presumir de ello durante la inauguración oficial del certamen, en el que estuvo arropado de numerosas personalidades, entre los que destacan el presidente de las Cortes, Luis Fuentes, y el consejero de Cultura y Turismo, Javier Ortega.
Paso a paso, como buen caminante, el jefe del Ejecutivo se adentró en ese mundo de las ferias que, casi sin querer, te introduce en los puntos más atractivos de al geografía regional, nacional e internacional, pues entre otros, la presencia de Portugal es claramente visible por la importancia que el país vecino otorga al turista que llega desde Castilla y León. Son muchas las comunidades autónomas que poseen un expositor en el que exhibir sus fortalezas turísticas en Intur.
Pero es Castilla y León, por aquello de ser la anfitriona, la que disfruta de un solo pabellón para sí sola, que comparte con el Concurso del Cocinero del Año. Casualmente, un territorio enlazado con la gastronomía, otro atractivo más para la llegada de viajeros. Muchos de ellos llegados desde países asiáticos que buscan, específicamente, los mejores fogones y los mejores productos culinarios.
Así que tras detenerse en un primero momento en los stand de las provincias de Huesca y Zaragoza y escuchar sus ofertas, Mañueco se mudó al pabellón de la Comunidad, donde tienen presencia ocho de las provincias de la Comunidad, además de algunas ciudades como Miranda de Ebro, las rutas del vino, la propia Ribera del Duero…, pero todo vinculado a Castilla y León.
La primera parada, como no podía ser de otro modo para un salmantino de pro, la provincia charra, donde departió con el presidente de la Diputación, Javier Iglesias, y el alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo. Con ellos, una foto de grupo. Se interesó por las iniciativas turísticas del territorio que le vio nacer y que se ponen en valor en Intur.
Un rato en bici
A continuación, Valladolid, donde le esperaba el presidente de la Diputación, Conrado Íscar, y el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, ante la ausencia del alcalde, Óscar Puente, de viaje de trabajo en México. Una parada en las rutas del vino precedió la llegada al expositor de Burgos, donde Mañueco se acompañó del consejero de Cultura y Turismo para pedalear en bici durante unos minutos en un viaje en 360 grados por la localidad de Oña. Más tarde saludó a los alumnos del ciclo formativo de Grado Medio de Cocina y Gastronomía del colegio María Madre Politecnos de Burgos, que en ese momento tenían la cocina en funcionamiento y repartían su producto final entre los asistentes.
Tras alcanzar el espacio de Segovia y preguntar por la iniciativa de Prodestur para ver un cielo estrellado ejemplar, fue reclamado por el famoso perro Pipper, el primer can turista que dio la vuelta a España y que es imagen nacional. Al igual que en Segovia, en Ávila visionó un video de unos cinco minutos sobre la experiencia ‘Sala Inmersiva’, que relata el cielo limpio de Gredos, que cuenta con la declaración de la Fundación Starlight. “Si nos prestas dos minutos de tu tiempo te enseñamos nuestras estrellas”, reza el lema promocional. Y entonces Mañueco entró a ver el video. Más tarde, visitó los expositores de León, Zamora, Palencia y Soria, donde probó los famosos torreznos, para concluir un paseo que inició con una intervención en que apostó por una oferta turística rural y de enseñanza del español, desestacionalizada e internacional; y en la que recordó que en los diez primeros meses del año la autonomía superó los 7,6 millones de viajeros y los 1,4 millones de pernoctaciones.