La romería del pueblo leonés
San Froilán convoca en La Virgen del Camino el 5 de octubre a los pueblos de León para honrar a su patrona con la renovación de sus ritos, que comienzan con la subida hasta el santuario guiado por las varas en las que ondean los pendones, subidos a los carros engalanados y con la morcilla, el chorizo, el pulpo y los productos de la tierra como menú
El pueblo de León, empeñado en tocar las narices a San Froilán para que ruegue por nosotros, se encamina de nuevo hacia La Virgen del Camino con toda su herencia detrás. La trae trepada en las varas de los pendones que ondean orgullosos al viento; acopiada en los cestos que colman los carros engalanados tirados por vacas, bueyes, caballos y burros; prendida de los trajes regionales en los que se reconocen los guajes en el reflejo de sus abuelos; mantenida en la costumbre que, cada 5 de octubre, cita a las puertas del santuario a los deudos leoneses para que confirmen la fe en una identidad que desborda los mapas administrativos porque se arraiga en el tiempo. Aquí se congrega León. Quien quiera conocerlo, que no falte.
Los ecos de esa tradición convocan a la puerta de cada otoño a más de 60.000 leoneses y visitantes, ya sin restricciones, ni aforos, para renovar el compromiso de sus padres. La romería aúna a todos los pueblos de León, sin distinciones, en la comunión que mejor resume la esencia leonesa: «los montañeses, los riberanos, / los parameses, los cepedanos, / Tierra de Campos, los maragatos, / los cabreireses y los bercianos. / Gracias te damos los leoneses, / gracias patrona, gracias por siempre», como reza la letra del grupo Tenada, sobre la música de La Dulzaina del Bierzo, para cantar en la misa de campaña a la que se llega en romería desde la ciudad con las guías de los pendones como al faro por el que orientarse en el camino que sube hasta La Virgen.
La vuelta a la tradición sin mascarillas, ni exposiciones estáticas, anda de nuevo por la senda desde primera hora de la mañana. El ritual encuentra a los abuelos de la mano de sus hijos y sus nietos como antes hicieron sus padres con ellos para mostrarles la importancia del camino. En este trayecto, el programa diseñado por el Ayuntamiento de Valverde de la Virgen marca el arranque de los pendones a las 10.00 horas, en el aparcamiento del hipermercado E. Leclerc. Arriba con ellos, con 170 varas confirmadas, las enseñas que recogen el símbolo que levantaron los concejos en la Edad Media para avanzar en la Reconquista y la fundación del Reino de León se espera que entren alrededor de las 11.00 horas en la explanada del santuario.
A su zaga irán los cerca de medio centenar de carros engalanados, con los mozos y mozas dentro o a pie, con los colores y frutos de la tierra en el interior. En comunión, a las 12.00 horas comenzará la misa de campaña en ofrenda la Virgen del Camino. Reina y Madre del Pueblo Leonés.
La ceremonia, con el obispo al frente, será replicadas con misas cada hora en el santuario durante toda la jornada para que nadie se quede sin poder rogar por nosotros, ni besar el manto de la patrona, ni poner una vela en la senda de pabilos que marcan el contorno del santuario. A la puerta principal esperará San Froilán con su efigie labrada por José María Subirachs, pero elevada a icono por la costumbre de tocarle la nariz, bruñida ya y resplandeciente en medio del bronce viejo.
La costumbre no se queda tan sólo en este rito. En un mercado tradicional de productos de la tierra, las avellanas se venden como perdones, de acuerdo a una tradición que atribuía a quienes iban a la romería la condición de llevarles este presente a los que tenían que quedarse en casa para atender el ganado, la huerta o la hacienda.
Aunque la oferta es mucho más rica en alimentos, aperos y ropa para el frío que ya está encima. El mercado se completa con una carta gastronómica enriquecida por la morcilla, el chorizo y el pulpo, pero cada vez con más platos y condimentos. Desde hace varios años, el Ayuntamiento de Valverde de la Virgen alimenta la feria con varias casetas de promoción de productos leoneses, en la zona de la explanada del santuario, entre las que se dan cita la Denominación de Origen León para regar con sus vinos el trasiego de la comida, o la marca de chorizo de León, que se encargará de repartir la Asociación de Alzheimer, o los quesos Tori.