Camino en la memoria

El Camino Olvidado, tras pasar por Cacabelos, llega a su fin en Villafranca del Bierzo. Dos últimas etapas en las que el caminante se encuentra con toda la riqueza natural y patrimonial de la comarca, siempre ligada a los peregrinos que la recorren siglo tras siglo. Villafranca del Bierzo: Olvidada para recordar

Villafranca del Bierzo pone a fin al Camino Olvidado y abre a los peregrinos el entronque final con el Camino Francés. Es aquí donde el caminante consigue la Olvidada, que recordará el trazado realizado, los kilómetros recorridos por esta ruta por la montaña leonesa, bañada por toda la belleza que ofrece la naturaleza y salpicada de una gran riqueza patrimonial. Es también Villafranca del Bierzo un hito en el Camino a la tumba del apóstol Santiago porque es el único lugar donde se puede conseguir la indulgencia, cumpliendo condiciones como haber recorrido un mínimo de cien kilómetros, prestar confesión y estar enfermo.

El origen de la localidad berciana puede ligarse al monasterio de Santa María de Cluniaco o Cruñego, donde benedictinos de Cluny se asentaron en 1070 bajo el reinado de Alfonso VI, para prestar atención de los peregrinos franceses y trayendo, entre otras cosas, el cultivo de la vid. Villafranca siempre ha estado ligada al Camino y a sus peregrinos y en breve se convirtió en uno de los núcleos privilegiados desde que se iniciasen las peregrinaciones en el año 813.

Además de un majestuoso marco natural, en Villafranca del Bierzo destaca la iglesia de Santiago, un sencillísimo templo románico, que comenzó a construirse a finales del XII, y en la que se encuentra la llamada Puerta del Perdón, donde se pueden ganar las gracias jubilares. La iglesia de San Nicolás es otro de los puntos claves de la arquitectura religiosa, en una localidad donde destaca, sobre manera, la popular Calle del Agua, la arteria comercial, artesanal y de tránsito marcada, precisamente por el paso de los peregrinos que dejan tras de sí casas blasonadas con los ilustres residentes de la villa berciana. El castillo del siglo XVI es también uno de los símbolos de Villafranca del Bierzo cuyo municipio cuenta en el trazado del Camino Olvidado con localidades como Valtuille de Arriba y Valtuille de Abajo, donde el esplendor de la naturaleza en otoño se teje con las vides que salpican todo el territorio.

  Cacabelos: Vino, historia y patrimonio

Con un pasado prehistórico, Cacabelos es hoy en día la capital de la DO del Bierzo y conserva esa esencia marcada por siglos de peregrinos pisando sus calles, como la de Santa María, eje central de esta villa, en la que confluyen todas las calles y callejas del casco antiguo. Sus casas blasonadas, muchas de ellas barrocas, son el ejemplo de la arquitectura culta, religiosa y civil. 

Heredera de la romana Bergidum Flavium, Cacabelos acoge hoy en día el Museo Arqueológico de Cacabelos, conocido como el Marca, y situado en pleno Camino de Santiago. En uno de los edificios más emblemáticos de la localidad, que fue destinado a bodega, se muestra el legado de Eumenio García Neira, pionero del coleccionismo y la arqueología en el Bierzo. También está en Cacabelos el Museo del Vino, que muestra la evolución y los artilugios empleados para su elaboración a lo largo de los años. 

La estrecha vinculación de Cacabelos con los peregrinos a lo largo de la historia queda patente en los múltiples rincones que se pueden ver en esta villa regada por el río Cúa. Merecen una visita la plaza de San Lázaro, reflejo de la arquitectura popular y lugar que hasta el siglo XVIII acogió un hospital medieval. La ermita de San Roque y la iglesia de Santa María son piezas destacadas de la arquitectura religiosa cacabelense junto con el santuario de Las Angustias, con sus siete retablos. Famosa es también la representación de la batalla que los vecinos de Cacabelos libraron contra las tropas napoleónicas en el entorno del puente Mayor. Hoy en día, un poco más abajo y aprovechando el antiguo muro de la fábrica de la luz se abre una playa fluvial para el calor del verano.

Cacabelos ofrece en su albergue de peregrinos, situado donde estuvo el hospital de Santiago y próximo al santuario de Las Angustias, 74 plazas para que los caminantes hagan un descanso en su trazado a Santiago de Compostela y disfruten de todas las bondades que ofrece el municipio, rico en vino, tradiciones, patrimonio e historia.

El Camino Olvidado forma parte del origen, de la esencia del trazado a Compostela para visitar los restos del apóstol. Desde el País Vasco a la comarca del Bierzo, los peregrinos que apuestan por esta antigua ruta siguen los pasos de aquellos que les precedieron siglos atrás, cuando Alfonso II descubrió los restos de Santiago, a pesar de que con el paso del tiempo y al aumentar la seguridad, gracias precisamente al crecimiento del Reino de León, el Camino Francés fuese asumiendo la hegemonía. 

  En el origen del peregrino

El Camino Olvidado vertebra la montaña leonesa desde su entrada por Puente Almuhey hasta llegar a Igüeña donde se adentra en la Comarca del Bierzo. Una docena de etapas que concluyen en Villafranca para la reunificación de la Ruta Jacobea hasta Santiago de Compostela

El Camino Olvidado cuenta con una docena de etapas por la provincia leonesa que serpentean paisajes singulares y únicos, donde la naturaleza envuelve al peregrino para llenar de magia sus pasos hacia Santiago. En medio de eses espectáculo natural, la riqueza gastronómica y tradicional de estos territorios de la montaña oriental leonesa donde el patrimonio arquitectónico y cultural va completando la belleza del paisaje salpicado de reservas de la biosfera para ofrecer reposo, ilusión e historia al caminante.

Tras salir de las tierras palentinas, la primera parada en la provincia de León de aquellos que escogen el Camino Olvidado para conseguir la compostelana es Puente Almuhey. Desde ahí, Cistierna, La Ercina, Vegaquemada y Boñar, desde donde se pueden escoger dos alternativas, porque todos los caminos también conducen a Santiago. 

Desde Boñar se puede escoger la alternativa que sube más al norte y cruza por Valdepiélago, Vegacervera, Pola de Gordón o continuar por La Vecilla, Matallana de Torío y La Robla. Finalmente, los dos recorridos vuelven a confluir en Soto y Amio, que abre el Camino hacia los municipios de Riello, Murias de Paredes e Igüeña, donde entra ya en la Comarca del Bierzo. Bembibre, Congosto, para atravesar Cubillos del Sil, Cabañas Raras, Camponaraya y, finalmente, Cacabelos y Villafranca del Bierzo.

La Olvidada es el documento que acredita a los peregrinos su recorrido por el Camino Olvidado, que cuenta de sus más de 600 kilómetros desde el País Vasco con 265 por la provincia de León. La Olvidada se consigue en Villafranca y para ello es preciso, al menos, que el peregrino haya realizado un centenar de kilómetros por este trazado primigenio que poco a poco va consiguiendo entrar en la memoria de los caminantes que apuestan por volver a los orígenes. Los municipios que cruz la ruta olvidada también han activado todos sus recursos para ofrecer a los peregrinos los servicios que se merecen que siempre complementan con su entorno y sus recursos. 

Magia, vida, naturaleza, riqueza patrimonial, eso es el Camino Olvidado a su paso por la provincia de León. Uno de los primeros trazados a Santiago de Compostela para encontrarse con la indulgencia del apóstol. La paz que ofrece el recorrido de esta ruta ya no tan olvidada ayuda a conseguir esa espiritualidad de la que hablan todos los peregrinos, no sin olvidar el aporte y el complemento de las tierras leonesas y sus gentes, inmersas en impulsar ahora este camino jacobeo al que están históricamente ligadas, en muchos casos desde sus orígenes.