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De viaje a Carrocera
Su paisaje ofrece grandes contrastes en poco recorrido. Carrocera es un ayuntamiento para ser descubierto poco a poco, un paraíso para los amantes del senderismo y un lugar perfecto para echar a volar la imaginación. Tiene rutas, como la de los Calderones, que son ya patrimonio de León y de los apasionados por la naturaleza
Carrocera es de esos municipios desconocidos por el gran público que bien merece una visita. Hay que descubrirlo poco a poco, despacio, disfrutando de un entorno privilegiado bañado por un atractivo singular que regala sonidos inconfundibles. Es tierra de calles mágicas, angostas, donde el asfalto se asemeja a las páginas de un libro de historia.
Las construcciones que jalonan el municipio mantienen un estilo propio, marcado por la piedra de sus fachadas, que se mezcla con el rumor de la naturaleza y sus ríos. Carrocera pertenece a Cuatro Valles y es un municipio rodeado por montañas, en el alféizar de la Cordillera Cantábrica y con amplias vegas de uso agrario. Está formado por siete pedanías y es de los lugares mejor señalizados si lo que se quiere es disfrutar un paraje de leyenda que vincula este lugar mágico a las 13 trincheras que cavaron los cristianos para sorprender a las tropas visigodas en lo que se conoce como la Batalla de Camposagrado.
El embalse de Selga de Ordás es otro lugar emblemático y una de las principales zonas de invernada de aves acuáticas en León. Hay que ver también el Monasterio de Viñayo y de Otero de las Dueñas, que sirvió de refugio «a muchas damas durante la Edad Media» o el Santuario de Camposagrado, una de las ermitas con mayor devoción en la comarca. Cuenta la leyenda que fue fundada por Don Pelayo en agradecimiento a la gran derrota que sufrieron los musulmanes en estos páramos. del silencio y alejarse del mundanal ruido.
Sus calles sinuosas esconden un patrimonio único, de casas señoriales protegidas por esa piedra que se funde con los regalos de la naturaleza y el rumor de los ríos trucheros
Piedrasecha, Santiago de las Villas, Cuevas de Viñayo, Benllera, Viñayo, Otero de las Dueñas y la propia Carrocera componen una sinfonía perfecta si lo que se quiere es hacer senderismo o contemplar todo su patrimonio cultural. Una de las rutas más conocidas es la de los Calderones, enclavada en una sobrecogedora garganta cuyas escarpadas paredes configuran un ambiente tan agreste como atractivo. Es fruto de la acción conjunta de la erosión ejercida por el arroyo de Los Calderones y de los procesos kársticos capaces de disolver la dura roca caliza, a los que hay que sumar la acción de diversos organismos que han modificado la fisonomía de este espacio, incluido el hombre. A lo largo del desfiladero se suceden numerosas cavidades que horadan las calizas, lapiaces y otras formas de disolución superficial, ríos que se sumen y reaparecen, e intrincados pliegues. Este sendero conduce además hasta el santuario de La Virgen de la Cueva.
Hay otras menos conocidas, pero igual de interesantes, que parten de Santiago de las Villas y Cuevas, que ha puesto en valor el consistorio para ofrecer a todos los visitantes unas condiciones inmejorables para el senderismo, el paseo y la contemplación. Hay en Carrocera multitud de puntos de interés, como Los Pozos de Colinas en Camposagrado, Carrocera es del mismo modo un paraíso para los amantes de la pesca. Y un sitio dónde hacer memoria. Camino de Benllera, en la carretera de León a Villablino, se puede encontrar el Hito de la memoria histórica, un monumento hecho por el escultor leonés Amancio González. En definitiva Carrocera, donde hay numerosos alojamientos rurales y una buena estructura para los turistas, lo tiene todo. Su naturaleza exultante es la mejor carta de presentación de un municipio cada día menos desconocido. Y cuenta con un polígono industrial importante, el de Los Avezales, situado en un enclave privilegiado a nivel de comunicaciones. Este año el Ayuntamiento licitará la ampliación para ofrecer más suelo.