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Publicado por
León

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Los más pequeños también disfrutan en la naturaleza. Y no sólo eso, sino que también están más que demostrados los beneficios en su desarrollo que aporta el contacto con ella.

La ruta de los Osines es una propuesta enfocada en los niños y niñas y el ofrecerles una alternativa divertida y sana. Sin embargo, no sólo es un plan pensado para niños y niñas, sino que también es una propuesta redonda para mayores. Los paisajes de Riaño nunca decepcionan.

Un recorrido de tres kilómetros en la zona que gira entorno a un animal característico de esta parte de la provincia: el oso. Cierzo y Cueto son la sorpresa que aguarda al final del recorrido. El colofón que pone el broche de oro a una bonita experiencia al aire libre, en la que los paisajes de cuento y el maravilloso entorno verde son también protagonistas.

Un paseo apto para todos los públicos, pues también hará las delicias de los excursionistas de cualquier edad. Y es que Riaño es uno de esos rincones de los que siempre te llevas preciosas estampas en la retina, así que el éxito está garantizado.

Con la colaboración de la Junta Vecinal-Consejo de Riaño, el ayuntamiento ha puesto en marcha esta iniciativa que pasa por el hayedo de las Viescas y las antiguas minas de arsénico, que se explotaron en la década de los años 50.

El camino comienza al otro lado del viaducto de Riaño, en la carretera N-625 para seguir por la Ruta de la Vieja del Monte durante algo más de un kilómetro. Una vez llegados a una bifurcación, un cartel señala el camino a seguir: hacia la derecha.

También aprender

El Hayedo de las Viescas y las antiguas minas de arsénico comienzan entonces a cobrar protagonismo. Una vez llegados al antiguo lavadero, un panel informativo detalla el pasado industrial de Riaño como una forma también de conocer cómo se vivió en este entorno hace algunos años.

Ya cerca de los pequeños osos que serán el colofón final del trayecto, se accede a un impresionante mirador natural que sumergirá al visitante en una experiencia mágica en la que podrá deleitarse con las vistas al embalse, al estrecho de Bachende y al Pico Yordas, Casi nada.

Los osines esperan sentados la llegada de los excursionistas con un paisaje de fondo digno de una postal de las que dejan la boca abierta.

Una propuesta sencilla que hará las delicias de los más pequeños y también de los mayores y que comparte parte del recorrido con la Ruta de la Cueva de la Vieja del Monte, otra referencia.

Desde luego, el entorno no dejará indiferente a quien se sumerja en él. Riaño es mucho más que un embalse, pero él forma parte de su historia y de su increíble paisaje. Su pasado tiene mucho que contar sobre esta parte de la montaña oriental leonesa. Cuentan que sus antiguos moradores iban en romería pidiendo agua. Tanto suplicaron, que el valle se anegó y ahogó la vida, la historia y el recuerdo de nueve pueblos que yacen bajo el mar de agua dulce que lloró un valle. El agua embalsada en Riaño ha creado un paisaje mágico, un espejo inmóvil en el que se reflejan como espejismo los viejos picos que sobrevivieron al desastre. Los montes son ahora playas y el río empantanado ha formado golfos de tanta belleza que la zona ha dado en llamarse los Fiordos Leoneses.

Y esto, precisamente, le ha sumado valor a una zona ya de por sí con un inmenso valor natural. Además, alrededor del pantano de Riaño se ha generado una interesante infraestructura turística formada por hoteles y hostales, restaurantes que ofrecen las especialidades de la zona y actividades de todo tipo en plena naturaleza.