RUTA DEL PLATERESCO
La filigrana de Villaselán
El retablo de Villaselán estuvo al borde de la catástrofe. El empeño de los vecinos permitió rescatarlo. Los expertos creen que es obra del mismo autor que hizo el del vecino pueblo de Valdavida, y apuntan a Esteban Jordán o un discípulo de Gaspar Becerra
Al contemplar ahora el retablo de Villaselán es difícil adivinar que estuvo al borde de la ruina hace muy poco. Restaurar el retablo de Villaselán obligó al Centro de Restauración del Obispado de León a hacer filigranas. Fue precisa una limpieza en profundidad y una nueva estructura. Llegó al taller ‘en las últimas’. La suciedad impedía ver las pinturas. Surgió entonces la idea de restaurar las tablas ‘in situ’. El retablo padecía múltiples patologías y «muchos defectos. La estructura estaba hecha con fragmentos de tableros», según Máximo Gómez Rascón, responsable de Patrimonio de la diócesis de León,, lo que explica su precario estado y que hace dos años fuera necesario ‘remendarlo’ por completo. Junto a estos materiales de baja calidad que sustentan las pinturas, posee unas guarniciones góticas que debieron pertenecer a otro retablo.
San Facundo y San Primitivo son los dos santos titulares del retablo de la Iglesia de Villaselán. El retablo cuenta con 12 tablas sobre el ciclo de la Pasión de Cristo, en el cuerpo inferior; escenas de la vida de la Virgen e Infancia de Jesús, en el superior; y escenas del martirio de los santos titulares en el cuerpo intermedio, cuyas imágenes también se reproducen con esculturas de bulto redondo en la calle central. Los expertos afirman que el retablo de Villaselán comparte autor con el de Valdavida.
Iglesia de Villaselán con el retablo plateresco al fondo.
Algunos historiadores sostienen que Esteban Jordán podría ser el autor de ambos retablos. La historia le ha reconocido como escultor, pero poco se sabe sobre su faceta de pintor, ensamblador o tasador de obras. En Valladolid estuvo trabajando para el Gran Priorato de la Orden de Malta, en las esculturas funerarias de la iglesia de San Pablo, por lo que pudiera se, que le encargarán este retablo, al ser, Valdavida una encomienda de la Orden de Malta.
El retablo tiene también un sagrario renacentista que recuerda a los elaborados por los seguidores de Gaspar Becerra durante el último cuarto del siglo XVI.
El dedicado estado de conservación hizo temer que los retablos de Villaselán y Valdavida no resistieran su traslado al Taller de Restauración de la diócesis de León. Al desmontar los retablos, en ambos casos, hubo una grata sorpresa: salieron a la luz dos espléndidos artesonados mudéjares.
Al igual que ha ocurrido con varias de las iglesias de las diez localidades que integran la Ruta de los Retablos Renacentistas del Este de León, pertenecer a esta ruta ha puesto en el mapa a Villaselán y ha salvado del olvido y la ruina su preciosa joya plateresca.
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