Imperiales Alonso, la magia de siempre

Imperiales Alonso es el nombre propio sinónimo de calidad y una delicatesen de décadas. Ordoño Alonso es ahora la cabeza visible de cuatro generaciones en donde la máxima no escrita se sustenta en la originalidad, un producto exquisito y un servicio al cliente que le convierte más que en consumidor en un fan. «Vino un día una señora muy mayor para decir que recordaba los Imperiales que llevaba a casa su padre y que los había vuelto a comer y que le había venido el sabor de siempre, de cuando era pequeña. Solo vino a contarlo», explica. Esa señora era la demostración de que este negocio, con momentos punta «de mediados de julio hasta más o menos estas fechas de septiembre, y luego en los Santos, o en Navidades, con las cestas», especifica Alonso, lleva en su adn satisfacer al comprador, que ahora en estos tiempos modernos ya no tiene que ser el clásico visitante de tienda puesto que se han puesto al día en lo que a redes sociales se refiere tanto para difusión como para venta.

Sea como fuere, viendo los Imperiales, empanada, pastas, turrón, bizcocho y demás alineación infalible, sea en un escaparate, en Facebook o Instagram, lo normal es que la boca se le haga agua a todo aquel que sepa disfrutar de estos productos, que son complemento de todo y excelentes obligatorios para cualquier momento del día. De esta manera, y a partir del sabor de siempre, otra de las claves es mantenerse al pie de la innovación. Bajo esa filosofía, Ordoño Alonso dirige la empresa: «Con el paso de los años, empecé a disfrutar de la elaboración de los Imperiales y a conocer todos sus secretos, la cocción, el color, la textura… y algo mucho más importante, los sentimientos que nuestros clientes tienen hacia este producto, siempre de cariño, de recuerdos. A partir de ahí, comencé a involucrarme más en la confitería, cursos, experimentos, ideas nuevas...», explica sobre lo que ha de ser un aprendizaje continuo. Eso sí, para conservar la magia de siempre y sus mejores esencias.

Imperiales Alonso. C/ Astorga 1. La Bañeza